Nueva York
Juan Martín del Potro selló ayer su pase a la final del Abierto de Estados Unidos al aprovechar el retiro del español Rafael Nadal, que caía 7-6 (3) y 6-2 cuando decidió abandonar por una aparente molestia en la rodilla.
El número tres del mundo quebró la resistencia de Nadal tras un set inicial muy parejo, y a partir de allí dominó a voluntad en el segundo parcial, cuando el campeón defensor ya empezaba a notar su problema en la rodilla derecha.
“No es lo mejor ganar de esta manera. Me encanta jugar contra Rafa porque es el máximo luchador de nuestro deporte y no me gusta ver que sufra en una pista. Ojalá no sea nada grave”, destacó el tandilense. “La clave del match fue el primer set, fue muy importante haberlo ganado y ahora estoy muy feliz de estar en la final de nuevo”, afirmó.
Durante el set inicial, el número uno del mundo fue vendado debajo de la rodilla en el cambio de lado del 4-3 y en el siguiente se quitó el vendaje. Sin protección jugó la definición del set y los primeros tres games del segundo, cuando recibió de nuevo atención médica y le colocaron otra vez la cinta debajo de la rodilla. A esa altura, ya no había partido y Del Potro ganó cuatro de los siguientes cinco juegos para asegurarse el segundo set.
Dolorido, ante un rival que lo superaba y con la obligación de ganar tres sets para volver a una final, Nadal entendió que ya no era posible seguir y resolvió abandonar, tras hablar de nuevo con el médico.
“Sentí un pinchazo en el 2-2 del primer set”, dijo Nadal apenas terminado el partido. “Tener que retirarme es una sensación peor que la de haber perdido”, se lamentó.
De esa manera, el argentino se aseguró su segunda final de Grand Slam y volverá a pelear por el título como en 2009, cuando levantó su único título grande. Su rival será el vencedor del choque que se definía al cierre de esta edición entre el serbio Novak Djokovic y el japonés Kei Nishikori.
Si fuese boxeo, podría decirse que no hubo round de estudio. Del Potro salió a pegarle duro a la bola como venía haciendo en el torneo y Nadal respondió con una agresividad que le había costado encontrar en los encuentros previos.
La intensidad de ambos y el apuro en tomar el centro de la pista para no ceder la iniciativa dio como combo un duelo de alta tensión desde la primera bola. Del Potro golpeó de entrada con un quiebre, pero el español respondió con una rotura al juego siguiente.
No se daban tregua y a un tiro ganador de Del Potro le seguía una defensa de Nadal con un ángulo imposible. Y en ese contexto, el número uno del mundo daba una sensación de mayor solidez con su servicio y amenazaba con romper el del argentino.
Sin embargo, cuando el número tres mundo pareció haber perdido un poco de precisión con su derecha, un mal juego de servicio de Nadal le dio la posibilidad de quebrar. Pero como en el inicio, el español volvió a quebrar de inmediato para llevar el choque a un tie break.
En el desempate, Del Potro impuso toda su potencia ante un español que empezaba a mostrar problemas de movilidad. Allí empezó a definirse el partido, ya que Del Potro levantó su rendimiento y Nadal dejó de ser el frontón que había sido en el set inicial. “Cuando gané el primer set empecé a tener más confianza”, explicó Del Potro, que quebró dos veces el saque de Nadal y tuvo ocasiones de hacerlo en los siguientes dos juegos.
A esa altura, el número uno del mundo padecía el partido y terminó de decidir su retiro que entregó el segundo set.