Aliviadas. Con esa sensación salieron del Centro de Justicia Penal las madres de Facundo Aguirre y Emiliano Cáceres, tras la condena a la policía que, a su vez, es mamá del muchacho que chocó el auto en el que viajaban sus hijos, cuando murieron en febrero de 2014. “Queríamos que alguien se hiciera responsable de las barbaridades que hicieron aquel día”, dijeron sobre las irregularidades que fueron advirtiendo. La suboficial y su jefe llegaron a juicio oral acusados de ocultar elementos de prueba; pero, para los jueces la evidencia solo alcanzó para sentenciar a la mujer, a un año y cuatro meses de prisión condicional. Fue quien llegó a la escena del hecho, en Pellegrini y Provincias Unidas, y sacó elementos del auto que conducía su hijo, Federico Gómez, condenado a tres años de prisión por homicidio culposo, en 2015. En tanto, el comisario Fabián Fantín, quien era titular de la seccional 14ª, fue absuelto por el beneficio de la duda.

Los jueces Irma Patricia Bilotta, Ismael Manfrín y Gustavo Pérez de Urrechu sentenciaron a la mujer de 51 años por el delito de violación de medios de prueba, pero descartaron la acusación por otras dos figuras penales que hacen a su rol de policía. Es decir, la absolvieron por abuso de funciones e incumplimiento del deber, que pidieron la Fiscalía y la querella.

Para los magistrados, “se requiere algo más allá de que el hecho haya sido cometido por un funcionario público, en su calidad de  tal y en ejercicio de sus funciones: debe acreditarse que el ilícito fue perpetrado de manera directa o mediata en el ejercicio de una competencia expresa, clara y específica”, señalaron.

Por otro lado, consideraron que “no puede soslayarse que fueron varios los testigos que introdujeron la idea de que Gómez alteró la escena del hecho”.