Cinco estudiantes santafesinos ganaron la primera edición de la competencia Ideas Proyectos Innovadores del Programa Ingenieros, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia. El premio consiste en una beca de estudio en una institución nacional o internacional. Pablo Strina, Yair Rochetta, Gustavo Barca, Ivan Milessi y Gabriel Piedrabuena diseñaron una sembradora autopropulsada, manejada por un software, con motor eléctrico y un sistema de inyección de semillas de granos finos que a su vez incorpora fertilizante. El proyecto fue elegido por nueve jurados de todo el país.

El proyecto comenzó el año pasado, cuando Pablo cursaba una materia electiva sobre innovación de la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional Regional Santa Fe. El profesor les propuso hacer un trabajo en grupo y presentarlo en el concurso.

“Con Pablo somos amigos desde la infancia y me convenció de participar”, contó Yair, que estudia en la misma universidad pero la modalidad de Ingeniería Eléctrica. “Como no teníamos ningún conocimiento de agricultura empezamos a averiguar y nos interiorizamos sobre la siembra directa. Entendimos que se consume mucho combustible, fertilizante y semillas. Ahí detectamos una problemática, porque si bien el proceso es eficiente, usar combustibles fósiles genera contaminación al medio ambiente”.

La primera solución que encontraron fue diseñar una máquina con un motor eléctrico, pero para que tuviera autonomía resultaba muy pesada. “Eso nos obligó a reemplazar el tren de siembra directa por algo totalmente innovador”.

Sumaron a Iván Milessi, que estudia Agronomía en la Universidad Nacional del Litoral; Gabriel Piedrabuena, que sigue Ingeniería en Sistemas de información; y Gustavo Barca, que cursa Ingeniería Mecánica, en la UTN. “Lo bueno de tener un grupo interdisciplinario es que atacamos un mismo problema desde cinco puntos de vista diferentes y llegamos a la mejora solución”, dijo Yair.

El proyecto que pusieron en marcha y resultó ganador es una sembradora con motor eléctrico, que permite plantar cereales y oleaginosos a gran escala en tierra, monitoreada por un software de control que logra automatizar el proceso de siembra. “Este sistema otorga beneficios económicos: mejor fertilización y rinde. Además de sustituir combustibles fósiles por energía eléctrica como fuente de alimentación”, valoraron.