El combo megadevaluación con disparada del riesgo país y el caso de las fotocopias de cuadernos Gloria agudizó la sequía de dólares para grandes empresas. Si el acceso al financiamiento vía colocación de títulos de deuda (obligaciones negociables) en el mercado internacional se había encarecido por la crisis argentina, las denuncias de corrupción donde están involucradas varias firmas lo endureció.
El newsletter “Cuarenta y cinco” de Research for Traders señala que, para aquellas empresas nombradas en el expediente y que poseen bonos internacionales, el costo de financiamiento ha subido un promedio de 3 puntos en solo 10 días. Agrega que la capacidad de encontrar los tan necesitados dólares en el corto plazo está siendo cuestionada por los bonistas y acreedores. Para concluir que “para un país que ya venía afectado por la volatilidad de los mercados a raíz de un renovado escepticismo por la economía local, el ‘cuadernogate’ ha prácticamente sepultado las pocas probabilidades que las empresas argentinas tenían de colocar deuda en el exterior”.
Las acciones de los bancos Macro y Galicia se han desmoronado en lo que va del año, con bajas de casi 30 por ciento en pesos pero que se amplia a 63 por ciento en dólares. Gran parte de la caída se explica por la fuga de capitales de fondos internacionales desde abril pasado, cuando comenzó la liquidación de activos bursátiles argentinos. En el caso de esas dos entidades también están bajo la lupa de causa judiciales, en la de Ciccone el Macro, y en la de las fotocopias de los cuadernos Gloria el Galicia.
Mientras en Argentina el grupo Techint goza de un manto de silencio en los grandes medios, la protección del gobierno de Macri y la distracción del juzgado que entiende en la causa, una fiscal italiana de Milán, Donata Costa, reclamó conocer el expediente para sumar información a su investigación. La justicia italiana quiere determinar si directivos de Techint utilizaron sociedades offshore y una cuenta en Suiza para pagar sobornos por 9 millones de dólares, entre 2009 y 2013, a funcionarios brasileños de Petrobras para conseguir obras.
Otros empresarios no tuvieron la fortuna de Paolo Rocca, titular y accionista de Techint. Uno de ellos fue Aldo Roggio. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires dejó sin efecto la negociación de los títulos de Compañía Latinoamericana de Infraestructura y Servicios (Clisa, del Grupo Roggio), con advertencias especiales, debido a la investigación que involucra a la compañía, al difundirse que su CEO, Aldo Roggio, se declaró arrepentido en la causa de los cuadernos. El precio de los bonos de Clisa se derrumbaron, para ofrecer un rendimiento del 23,5 por ciento anual. Quienes venden esos papeles a esos precios lo hacen especulando con su default. Para evitar la debacle, Clisa informó que Roggio renunció a su cargo después de admitir su culpa ante el juez federal de la causa por supuestas coimas. La empresa también recibió una advertencia de la Comisión Nacional de Valores por no cumplir con el plazo para presentar su balance trimestral.
Otra firma muy castigada en el mercado es Albanesi. Su director general, Armando Loson, fue arrestado el 1° de agosto y luego se declaró como arrepentido para recuperar la libertad. La cotización de los bonos de Albanesi colapsó. Esos papeles vencen en 2023 y han bajado 21 por ciento desde el estallido del escándalo. No sólo esos papeles se han convertido en bonos basura para el mercado bursátil, sino que Albanesi tuvo que postergar una colocación prevista de unos nuevos bonos por 70 millones de dólares, fondos necesarios para financiar vencimientos de deuda en pesos por el equivalente a 15 millones de dólares.
El naufragio de la economía macrista no es la única causa que puede precipitar el default de alguna empresas endeudas con el exterior; la causa judicial iniciada con fotocopias de cuadernos Gloria podría ser otro aporte para acelerar el derrape.