PáginaI12 En Italia
Desde Roma
La ex presidenta de Chile y actual comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, debutó ayer ante el 39o Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, con un combativo discurso contra los que maltratan a los migrantes y desconocen sus derechos. Bachelet anunció, entre otras cosas, que enviará una comisión especial de investigación a Italia, donde se han verificado agresiones y actos racistas contra personas de origen africano y rom (gitanos), y a Austria para analizar el modo en que se está rechazando a los migrantes.
“El gobierno italiano ha negado el ingreso a sus puertos de naves de socorro de organizaciones no gubernamentales –dijo Bachelet–. Esta actitud política y otros hechos recientes tienen consecuencias devastadoras para muchas personas que ya son muy vulnerables.” Y agregó: “Aun cuando el número de migrantes que atraviesan el Mediterráneo ha disminuido, la tasa de mortalidad ha sido más elevada en los primeros seis meses de este año”, precisó. En efecto, según Acnur (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados), entre enero y julio de 2018 la cantidad de refugiados y migrantes que intentaron entrar a Europa por Grecia, Italia y España disminuyó un 41% respecto al mismo período del año pasado. Pero este año murieron en el mar muchos más: uno cada 18 migrantes que llegaron a Italia mientras el año pasado fue 1 cada 42. En Grecia este año murió 1 cada 165 llegadas y en España uno cada 73.
El gobierno italiano presidido por Giuseppe Conte pero realmente conducido más que nada por el líder de la racista Liga, viceprimer ministro y ministro del Interior, Matteo Salvini. Como era de esperar no tomó con simpatía la noticia. Salvini reaccionó duramente denigrando a la ONU. “En los últimos años Italia ha recibido 700 mil inmigrantes, muchos de ellos clandestinos, y no ha jamás recibido colaboración de los otros países europeos –respondió Salvini–. Por lo cual no aceptamos lecciones de nadie y mucho menos de la ONU que se confirma prejuiciosa, inútilmente costosa y desinformada. Las fuerzas policiales desmienten que haya una alarma debido al racismo. Antes de hacer verificaciones sobre Italia, la ONU debería investigar sus propios estados miembros que ignoran los derechos elementales como la libertad y la paridad entre hombre y mujer.”
Según los expertos, la Unión Europea no ha hecho todo lo que hubiera debido hacer frente a las masivas migraciones pero no es cierto que Italia no haya recibido “jamás” apoyo financiero de la UE con este objetivo.
Salvini, además, hace algunas semanas bloqueó en el puerto de Catania una nave guardacostas italiana (la nave Diciotti) con migrantes rescatados en el mar, en su mayoría de Eritrea, y no los dejó bajar del barco por varios días, esperando que otros países europeos se hicieran cargo. Al final dejó que bajaran cuando fue amenazado pro la Unión Europea y por jueces, que lo acusaron de secuestro de personas, y que le iniciaron un proceso por eso.
“Los esfuerzos de los gobiernos por rechazar a los extranjeros no resuelven la crisis migratoria” sino que causan “nuevas hostilidades” –insistió Bachelet–. “Es importante para cada estado adoptar políticas migratorias radicadas en la realidad y no en el pánico”, subrayó dirigiéndose, sin nombrarlos, a todos los políticos y países que hacen de las duras políticas antimigratorias un arma para la propia popularidad.
En este contexto Bachelet manifestó su preocupación por algunas discusiones que se están llevando a cabo en el seno de la Unión Europea (UE) para crear “plataformas de desembarco” que podrían estar ubicadas en países del norte de Africa, dado que dan sobre el Mediterráneo. El gobierno italiano ha proporcionado financiación a la Guardia Costera de Libia, precisamente para que rescaten a los migrantes que navegan por el Mediterráneo –y que por lo demás partieron mayormente de Libia embarcados por traficantes a los que pagaron miles de euros– y los lleven de vuelta a Libia.
Las organizaciones no gubernamentales, como Médicos por los Derechos Humanos, califican esta decisión del ministro Salvini, que considera a Libia un puerto seguro, como un “acto criminal”.
“La posibilidad de que la UE divida su responsabilidad de gestionar la migración con países que tienen sistemas de protección débiles, es alarmante”, denunció Bachelet que además valoró el hecho de que la Comisión Europea haya reconocido recientemente que Libia no es un lugar seguro para devolver a los migrantes ya que corren riesgo de ser encarcelados, torturados, explotados, violados o asesinados. “Es indigno que cualquier estado envíe deliberadamente a hombres, mujeres y niños a afrontar esos riesgos”, añadió la dirigente ONU. Por todas estas razones la ex presidenta chilena exhortó a la UE a “emprender operaciones de búsqueda y socorro humanitario para las personas que atraviesan” y garantizar de esta manera “el acceso al asilo y a la protección de los derechos humanos en la UE”.
Pero en su discurso Bachelet también se refirió a los problemas con migrantes en otras partes del mundo, criticando entre otras cosas las medidas que tomó el gobierno de Donald Trump contra las familias en la frontera con México, obligando a separar los niños de sus padres, y dijo que durante su mandato prestará especial atención a la situación de los Rohingya en Birmania, a las minorías de China, a Yemen y Siria pero también a lo que está ocurriendo en Venezuela y Nicaragua. Estaba previsto en Ginebra por otra parte un encuentro de Bachelet con el canciller venezolano, Jorge Arreaza.