La defensa del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva presentó ayer otro recurso para mantener su candidatura en las elecciones del 7 de octubre, pese a que la justicia brasileña dio plazo hasta hoy para que el Partido de los Trabajadores (PT) le designe un reemplazante. Según el fallo de ayer del Tribunal Superior Electoral (TSE) si el PT no inscribe un nuevo candidato antes de las 7 de la tarde de hoy, ya no podrá participar con un abanderado propio en las elecciones. Los abogados de Lula informaron que el Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió un nuevo comunicado sobre el derecho del líder petista de disputar los comicios pese a estar preso en Curitiba.
Lula, cuya candidatura fue invalidada el 1º de septiembre por el TSE a causa de su situación judicial, recibió durante el día de ayer en su celda de la sureña Curitiba a sus abogados y a su compañero de fórmula, Fernando Haddad, mencionado como su probable sustituto. A las puertas de la superintendencia de la Policía Federal, donde Lula permanece recluso desde abril, una cohorte de periodistas aguardaba las resoluciones que pueden decidir el futuro de la izquierda, de los comicios y de Brasil. Pero hasta ahora el jefe histórico de la izquierda, que lideraba las encuestas antes de la impugnación de su nombre, no dio señales de querer abandonar la partida sin unas últimas estocadas. La directiva nacional del partido se reunirá hoy en Curitiba, pero el PT se aferra a la que pudiera ser el último movimiento que salve la candidatura de Lula, que radica en otra acción intentada frente a la Corte Suprema, en la que contesta la decisión de la justicia electoral que vetó las aspiraciones del expresidente. El Supremo aún no se ha pronunciado sobre el asunto, con lo cual mantiene la esperanza del PT y también la incertidumbre generada por la situación jurídica de Lula.
Como apoyo al recurso presentado en el TSE, los abogados de Lula hicieron pública una nota en la cual el Comité de Derechos Humanos de la ONU ratificaba su pronunciamiento a favor de que el exmandatario sea candidato. El comandante en jefe del Ejército, Eduardo Villas Boas, no tardó en calificar de intento de invasión a la soberanía nacional el pedido de acatamiento al pronunciamiento del Comité de DD.HH. y advirtió, en una entrevista publicada el domingo por el diario O Estado de S. Paulo: “La autorización de la candidatura de Lula iría en contra tanto de la Constitución como de la Ley de Ficha Limpia, quitando legitimidad y dividiendo aún más a la sociedad brasileña”, dijo el militar. Esa ley, promulgada en el último año de la presidencia de Lula, determina que ningún condenado en segunda instancia, como es su caso, pueda presentarse a cargos elctorales. El ex presidente, de 72 años, cumple una pena de 12 años y un mes de cárcel por supuesta corrupción pasiva y lavado de dinero. La justicia lo reconoció, aunque sin presentar pruebas concretas, como beneficiario de un departamento en el litoral paulista ofrecido por una constructora a cambio de mediaciones para obtener contratos en Petrobras.
Del otro lado del arco político, Jair Bolsonaro, el candidato ultraderechista que fue apuñalado el jueves, aún se encuentra en estado grave. Ayer, el hospital donde se encuentra internado, anunció que deberá ser sometido a una nueva operación que calificó como de gran porte. La cirugía tendrá como objetivo reconstruir el tránsito intestinal y retirar la bolsa de colostomía, informó el boletín médico del hospital Albert Einstein, en San Pablo.
La colostomía, consistente en una exteriorización del intestino grueso y la colocación de una bolsa recolectora de heces, se realizó el pasado jueves, en funcion del cuchillazo que sufrió el candidato y que le hirió gravemente la zona abdominal. De acuerdo con el hospital, el ex militar, de 63 años, continúa estable y sin señales de infección, pero todavía está grave y en sala de cuidados intensivos.
Bolsonaro fue atacado en la ciudad de Juíz de Fora, en el estado de Minas Gerais al sudeste del país, y debió ser operado de urgencia para salvar su vida. El candidato estaba participando en un acto electoral cuando sufrió el atentado. El ultraderechista debe quedar fuera de actos campaña hasta los comicios del 7 de octubre, aunque se mantiene activo en las redes sociales. “Continuamos al frente de la disputa ¡De ninguna manera estamos fuera del pleito!”, tuiteó el domingo. Previamente, uno de sus hijos publicó una foto en la que se ve a su padre sentado en una butaca del hospital, con una sonda respiratoria e imitando un arma con ambas manos, en un gesto que durante la campaña ya había levantado polémicas.
A pesar de que no podrá realizar más actos hasta el día de las elecciones, las redes sociales pueden ser un aliado del defensor de la dictadura militar de Brasil. Para estos comicios, los más inciertos de las últimas décadas, unos 147 millones de brasileños están llamados a las urnas, de los cuales más de 100 millones ya tienen acceso a internet y cada vez optan más por informarse a través de medios no tradicionales.