Carlos Alberto Pérez (25), el sujeto acusado de haber propinados golpes y abusos contra un niño de tres años hasta provocarle su muerte, fue encontrado sin vida en la noche del lunes en la cárcel de Coronda. El hallazgo se produjo poco antes de la medianoche cuando un agente penitenciario que realizaba la inspección de rutina se topó con la novedad. El cuerpo de Pérez apareció colgado dentro de la celda de resguardo (aislado de los demás internos) donde estaba alojado desde la tarde del lunes, cuando se produjo su ingreso al penal. Las autoridades penitenciarias se esforzaron en remarcar que “todo parece indicar que murió por ahorcamiento, y que para concretar su drástica decisión utilizó un resto de tela que arrancó de un colchón” es decir que se suicidó. El secretario de Asuntos Penitenciarios, Juan Manuel Martínez Saliba, explicó que “a las 23.30 del lunes el director de la Unidad Nº 1 de Coronda me informó sobre el fallecimiento del interno Pérez, el que estaba alojado en una celda de resguardo”. Esta medida –que implica la separación del resto de la población penal- fue ordenada judicialmente y se hace por las características del presunto hecho. Por ese motivo, se pidió el alojamiento en una celda en soledad. Lo que se hace de rigor es que al ingresar el interno se le ofrece una contención psicológica (es decir que lo vea un psicólogo). En este caso el individuo rechazó esa atención que se le quiso brindar desde el Servicio Penitenciario. Pérez ingresó a las 16.30 y a las 23 se accionó la alarma por el hecho. El personal que estaba de recorrida se encontró con el interno que estaba ahorcado. Lo descubre un penitenciario”.