¿Qué tienen para ofrecer a la sociedad antropólogos y sociólogos? La pregunta, un poco provocadora y otro poco desafiante, fue planteada por Didier Fassin, antropólogo, docente de la Universidad de Princeton y director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS).
Invitado por el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) perteneciente a la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Fassin participó la semana pasada de una mesa de debate que compartió con dos investigadores argentinos: Pablo Semán y Sabina Frederic.
El encuentro, titulado “Etnografía Pública, distanciamiento crítico y compromiso social”, forma parte de un ciclo de charlas sobre Democracia, Diversidad y Ciudadanía organizado con la embajada de Francia como parte de los festejos por los 20 años del IDAES, cuyo propósito es reunir a académicos franceses y argentinos para conversar en torno al potencial crítico de las ciencias sociales.
Propósito no menor en la actual coyuntura de desfinanciamiento del sistema científico que se vive en Argentina y en otros países de la región. Basta con reparar en que la reunión se realizó la misma semana en que se anunció el achicamiento de varios ministerios, entre ellos el de Ciencia y Tecnología, al rango de Secretarías mientras en Brasil se incendiaba el Museo Nacional de Río de Janeiro. Una concatenación de hechos que ratifica la vigencia de proyectos políticos adversos a las ciencias y a la educación pública.
En el caso de las ciencias sociales en particular, la disputa por su legitimidad y relevancia política requiere no sólo distanciarnos de la noción de “utilidad” asociada a las ciencias duras o exactas, sino construir su sentido en función del conocimiento producido en base a compromisos que incorporan a actores, organizaciones, instituciones, saberes populares y expertos.
Frente a este desafío, advierte Didier Fassin, los científicos sociales no “popularizamos” lo suficiente nuestros trabajos. “Los autores conceden poca atención a los retos y apuestas relacionadas con la difusión, promoción, recepción y utilización de sus producciones intelectuales. Pareciera que la producción de conocimiento relevante acaba con la vuelta a casa y la recolección, organización, interpretación y corrección de datos. Lo que sucede después: la publicación, difusión y recepción del artículo o libro en cuestión, suele ser ignorado por las disciplinas, como si se tratara de meras cuestiones de orden práctico o personal”.
Es este punto ciego, este vacío, lo que el profesor Fassin propone explorar. Tomando como eje al trabajo etnográfico, busca problematizar la vida pública de las etnografías y se pregunta, ¿Qué pasa cuando hacemos lo que hacemos? ¿Qué pasa cuando los hallazgos, el estilo y el mundo del etnógrafo son transportados al dominio público?
Una nueva etapa comienza, dirá el investigador francés. En esta “nueva etapa”, el o la etnógrafa asume responsabilidades, pero también corre riesgos. Es que el conocimiento crítico examina aquello dado por sentado, lo aparentemente indiscutible, lo arraigado en las entrañas sociales. Es fuente de inspiración política y, por ello, puede resultar inquietante o amenazante a ciertos poderes o grupos de interés. Una vez que un texto sale a la luz pública, afloran tensiones y sospechas que provienen del exterior de los ámbitos académicos, así como de investigadores que no ven con buenos ojos la popularización y politización del conocimiento científico.
Pero entonces Didier Fassin eleva la apuesta y propone la Etnografía Pública como un ejercicio democrático. Democrático porque permite abrir la producción intelectual de los científicos sociales a la discusión pública, al tiempo que antropólogos y sociólogos reembolsamos a la sociedad por el conocimiento y la comprensión que hemos adquirido.
El reto queda planteado para los cientistas sociales. Asumir la dimensión pública de nuestra práctica en tiempos en los cuales el mayor de los riesgos sería no disputar las interpretaciones sobre el mundo, sobre las sociedades y las realidades cotidianas a las crecientes perspectivas neoliberales y positivistas.
Más encuentros en IDAES
La mesa “Etnografía pública, distanciamiento crítico y compromiso social” formó parte del ciclo Democracia, Diversidad y Emancipación organizado con motivo de los 20 años del IDAES.
El próximo encuentro de esta serie, que se realizará el lunes 24 de septiembre a las 11 en el Campus Miguelete de la UNSAM, contará con la participación de:
-Bruno Karsenti
(EHESS),
-Daniela Slipak
(IDAES-UNSAM),
-Francesco Callegaro
(UNSAM)
-Ariel Wilkis
(IDAES-UNSAM).
Iara Hadad: Docente e investigadora IDAES - UNSAM