Cuando se piensa en los adultos que deciden emprender una carrera universitaria, además de la población de mayores de 60 años que ha prolongado sus expectativas de vida, también debe contemplarse la franja etaria que comienza a partir de los 40 que, por distintas circunstancias, no ha podido culminar sus estudios o ingresar en el nivel universitario. La extensión de los programas de educación para adultos en el nivel medio es uno de los factores que han favorecido el aumento en la matrícula de esta población.

Es el caso de María Andrea Taccetti que, con 46 años, decidió ingresar a la carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En diálogo con Universidad  manifestó: “Pude terminar mi secundario después de muchos años. Entonces, tuve la necesidad de seguir estudiando para poder tener algo propio, para seguir aprendiendo lo que alguna vez no pude. Estudiar te integra, te enriquece y te abre muchas puertas”.

En la Universidad de San Martín (UNSAM), por citar uno de los ejemplos relevados en las universidades nacionales, los datos dan cuenta del volumen que ha adquirido la cantidad de los estudiantes mayores a 40 años si se los contrasta con el total de la matrícula. Según los números aportados por esa universidad, 2100 estudiantes  de los 15.000 que se encontraban cursando en el año 2017 tenían más de 40 años. Esto representa el 14% de su alumnado. 

De esos estudiantes mayores al promedio, el 60% son mujeres. Una proporción que es similar a la observada en el grupo de los alumnos menores de 24 años. “La presencia de mujeres es más alta entre los estudiantes jóvenes, luego desciende en la edad reproductiva (entre los 25 y los 34 años), para volver a tener presencia mayoritaria entre los mayores de 40”, señalan desde la UNSAM.

A la hora de analizar la elección de las carreras, la presencia de  esta franja etaria es notoria en algunas (Ciencias Sociales, Humanas o Paramédicas), así como en otras están casi ausentes (Ingenierías). En seis carreras esta proporción es muy alta, acumulando entre el 41% y el 100% de su alumnado. En otras doce, entre tres y cuatro de cada diez estudiantes son adultos de 40 y más. Y en otras no llegan al 10%.

Una alumna joven comenta que ella es “primera generación de universitarios en la familia, pero por poquito”, dado que su papá “se está por recibir también en la UNSAM”. Se trata de una anécdota escuchada en un acto de colación de la universidad que marca el peso que tiene la población que decide y se anima a estudiar de más grande dentro de las casas de altos estudio.


2100 estudiantes de los 15.000 que se encontraban cursando en el año 2017 tenían más de 40 años.


14%  del alumnado


60% son mujeres.


41% se reparte en 6 carreras (ciencias sociales, humanas, paramédicas).