River avanzó anoche a los cuartos de final de la Copa Argentina con un triunfo por 2-0 ante Platense, en la cancha de Lanús. El próximo rival surgirá del choque entre Sarmiento de Resistencia y Rafaela.
La eliminación de Independiente a manos de Brown de Adrogué el lunes pasado, y las de muchos otros equipos de la Superliga que cayeron ante equipos de categorías menores, despertaron el alerta en Marcelo Gallardo. El técnico no quería sufrir la desagradable sorpresa de verse tempranamente fuera de un torneo que le interesa porque ganarlo por tercera vez consecutiva también le aseguraría su participación en la Copa Libertadores 2019. Por esas razones, el Muñeco puso anoche lo mejor que tenía, más allá de las ausencias de Armani, Palacios y Martínez (afectados a la Selección Argentina) y Quintero (con la selección de Colombia). Además, le dio pocos minutos a Ignacio Fernández y a Mayada, tocados por lesiones que de agravarse les impedirían afrontar la seguidilla de partidos que River empezó anoche y que incluye el encuentro con San Martín de San Juan (el sábado, en el Monumental) y Boca (el domingo 23 en la Bombonera) y en mitad de la semana que viene el choque con Independiente (el miércoles 19 en Avellaneda) por la ida de los cuartos de final de la Libertadores, el gran objetivo del conjunto de Núñez en este segundo semestre.
Así llegada el Millonario ante un rival que acunaba su gran ilusión de hacer historia metiéndose en los cuartos de la Copa Argentina. La voluntad y la intensidad del Calamar hicieron que no hubiera un dominador claro en el arranque, más allá de que en los primeros quince minutos las llegadas más peligrosas favorecieron a River, por un cabezazo de Pratto primero y por otro de Pinola luego. Platense insinuaba, con la proyección de Morgantini, algunas acciones individuales de Amarilla y la conducción de Palavecino. No obstante, la primera parte terminó con el marcador en cero.
El inicio del complemento mostró al Millonario con dificultades para generar opciones de gol y al Calamar, cómodo en su trabajo de obstruir y hacer que pasen los minutos. Todo cambió con el ingreso de Ignacio Fernández. Pareció una señal, porque River aumentó la velocidad, presionó la salida de Platense y consiguió ponerse en ventaja. Borré guapeó una pelota con Bocchino, le ganó la posición y el defensor lo derribó con una patada en la cara. Penel dio el claro penal y Pratto cumplió su función goleadora poniendo el 1-0. No tuvo respuesta el Calamar, ante un River que se afirmó y llegó al segundo, en una gran jugada colectiva que Scocco no pudo definir porque Iribarren frenó la pelota con la mano en el área chica. El ex Newell’s se encargó del penal y marcó el 2-0, el resultado final que consiguió River sin mostrar un gran nivel, pero ratificando la particular eficacia en cada enfrentamiento mano a mano que ha afrontado en el ciclo Gallardo.