“La cultura está de luto”: ésa fue la consigna de la caravana y el abrazo simbólico que los trabajadores del ex Ministerio de Cultura llevaron adelante ayer al mediodía. Llegaron desde distintos organismos de la ciudad de Buenos Aires, como el Teatro Cervantes, la Biblioteca Nacional y el Museo de Bellas Artes, para confluir en una movilización en las puertas de la sede de la Avenida Alvear del que fuera el ministerio, devenido secretaría. Hubo intervenciones artísticas. La más impactante fue la instalación de un ataúd y una corona de flores en las puertas del edificio. Y hubo un fuerte acompañamiento de la comunidad cultural, con presencia de la Asociación Argentina de Actores (AAA), estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), el ámbito cinematográfico y las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, representadas por Taty Almeida.

Este abrazo fue una medida que votaron más de 200 trabajadores, nucleados en ATE, con la intención de hacer visible la degradación del ministerio a aecretaría y lo que implica. La profundización de un vaciamiento que comenzó con el macrismo y que hace dos años que están denunciando. Un panorama desolador no sólo para ellos sino también para la ciudadanía que verá cada vez más limitados sus derechos. “Emergencia cultural”, “no sobran trabajadores, faltan políticas públicas”, “no al vaciamiento de la cultura”, “la cultura está de luto”, “no a los despidos en Télam” se podía leer en numerosos carteles. Había banderas del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNA y la Agrupación de Artistas Escénicos, y acompañamiento de otros espacios como la Asociación de Poetas Argentinos.

El momento más impactante lo protagonizaron los trabajadores del Bellas Artes, ideólogos de la caravana cultural. El día gris acompañó en la atmósfera. Con música fúnebre de dos vientos, llegaron caminando lentamente e instalaron en las puertas del edificio un ataúd con la leyenda: “2014-2018, aquí yace el Ministerio de Cultura de la Nación, ahorcado por las políticas de ajuste del gobierno de Cambiemos. Será velado en Avenida Alvear 1690 y sus restos serán entregados al FMI. Tus trabajadores te abrazan”. Al lado, colocaron una corona de flores, además de una heladera vacía con fotos de las caras del ahora secretario Pablo Avelluto y el presidente Mauricio Macri, a quienes durante toda la jornada se dirigieron los cánticos. Más tarde, en un corte en Callao, los estudiantes de la UNA –que se encuentra tomada– también llamaron la atención con una intervención. Se había invitado a los artistas que lo desearan a participar con algún número, así como fue consigna vestirse de negro, algo que se cumplió en parte. “No es una tragedia griega, es un plan de gobierno”, decía el cartel de los estudiantes de Dramáticas, maquillados como mimos.

La degradación del Ministerio a Secretaría es un “mensaje negativo” sobre la “importancia estratégica” del sector e implica una “reducción de políticas públicas y derechos culturales”, decía el comunicado de los trabajadores leído en voz alta, con la participación de Lola Berthet. El documento enumeró una serie de consecuencias: reducción presupuestaria, de puestos de trabajo, políticas culturales –programas, becas, talleres, actividades en barrios y fábricas–, líneas de apoyo en fondos concursables. También la anulación de la compra anual de libros que sostenía la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, reducción de fondos para el mantenimiento de salas teatrales y para la producción cinematográfica, desaparición de programas de impacto federal, disminución de la promoción de orquestas, coros y ballet de organismos estables, abandono edilicio de los museos y del patrimonio, desamparo de la cultura comunitaria. 

“El acceso a la cultura es un derecho humano fundamental de los pueblos y el Estado debe garantizar su acceso. Una sociedad sin cultura es una sociedad sin identidad y modo de expresión. Queremos una cultura inclusiva y federal, un ministerio de puertas abiertas para artistas e investigadores; no queremos teatros, librerías, museos, bibliotecas, cines y salas cerradas. Queremos que se multipliquen los festivales, obras, conciertos, talleres y convocatorias para poder volver a disfrutar de todas las expresiones de nuestro país”, concluyó el comunicado, al grito de “unidad de los trabajadores”.

Taty Almeida acercó un “fuerte abrazo solidario” de las Madres. “El derecho al trabajo es un derecho humano, de los tantos que desde que están Macri y compañía todos los días son violados por uno u otro motivo. Les digo que no bajen los brazos, que sigamos tomando la calle, que pongamos el cuerpo. Esta lucha continúa”, expresó. Los manifestantes se dirigieron en micros hasta la 9 de julio y Avenida de Mayo, para protestar con otros trabajadores estatales y organizaciones sociales.