El personal del Instituto Malbrán denunció que están viviendo una situación de crisis. Por los problemas de presupuesto, les faltan equipos, personal y drogas que les permitan llevar adelante sus investigaciones. “Estamos trabajando con lo que nos quedó de años anteriores. Tenemos sólo el 5 por ciento de los insumos que necesitamos”, afirmó Cecilia Freire, jefa del servicio de neurovirosis y presidenta de la Asociación de Profesionales del Instituto Malbrán (Apronim). La institución, centenaria, se dedica a investigar y producir informes que le permiten a la actual Secretaría de Salud llevar adelante políticas públicas. “Siempre fue complicado el tema del presupuesto. Pero este año fue mucho peor”, describió Freire. Y detalló: “A mediados de año hacemos el pedido y comienza a moverse la maquinaria kafkiana de las compras a cargo del Estado, con lo que recibimos las cosas aproximadamente en septiembre. Nosotros necesitamos dos tipos de insumos, el material descartable, de plástico, y las drogas. Recién estamos en el proceso de adjudicación de descartables (con lo cual, si todo va bien, los recibiremos a fin de año) y recién se abrió la licitación para las drogas, por lo que no sabemos cuándo las tendremos”.
Las demoras en las licitaciones no son las únicas dificultades presupuestarias que afronta el instituto, porque se enmarcan en la situación económica general y en el particular descalabro que está atravesando el sistema sanitario, con la inestabilidad que provoca el pase del ministerio a secretaría. Sobre esto, la viróloga comentó: “Todavía no notamos cambios porque es todo muy reciente. Pero evidentemente, pasar a ser secretaría implica pérdida de competencias, de autonomía y sobre todo presupuestarias. Este año nuestro presupuesto fue menor al del año pasado. Siempre tuvimos dificultades, pero nunca tantas. Nos las ingeniamos para trabajar con subsidios o haciendo trueques con otras instituciones, porque tuvimos que destinar parte del presupuesto para insumos para pagar sueldos”.
Y terminó: “Concretamente, la situación económica general nos está afectando muchísimo. Al presupuesto que no alcanza, tenemos que sumar la inflación y la devaluación. Cuando presupuestamos las compras, el dólar estaba a 15, 16 pesos (nuestros insumos están dolarizados) y ahora, cuando se presentan los proveedores, el dólar está en 40 y tenemos que rechazarlos por precio excesivo. Y eso si conseguimos que algún proveedor se presente, porque la mayoría no vende porque no sabe a qué precio hacerlo. Se está haciendo muy difícil trabajar en estas condiciones”.
Otros especialistas del Malbrán coincidieron con Freire y advirtieron que es probable que no puedan analizar la cepa de la bacteria Streptococcus, que ya se cobró la vida de seis personas en todo el país, ante la falta de los insumos necesarios para la detección temprana de la enfermedad. Mientras se encienden las alarmas sanitarias por el brote, advirtieron que el centro, el único capaz de analizar las muestras en profundidad, está camino a una “parálisis funcional” ante el brutal ajuste presupuestario en el que está sumida la institución.
“Lo tenemos que advertir porque si pasa, no hay ninguna otra institución a nivel nacional que pueda hacer la investigación que corresponde para ver cuál es la cepa que está circulando, cómo se identifica, qué nivel de resistencia a los antibióticos tiene”, resaltó en diálogo con la AM750 el técnico químico Flavio Vergara. El Malbrán es el instituto encargado de estudiar las enfermedades infectocontagiosas y ya habían alertado previamente que ante el ajuste en la salud, estaba en riesgo su operatividad para efectuar diagnósticos.
A ese lugar fueron enviadas las muestras médicas de los hisopados que se realizaron en los últimos días y allí se están realizando los análisis, aunque los insumos para realizarlos escasean por la falta de presupuesto, dado que la mayoría de ellos son importados y están atados al precio del dólar.
Entre las tareas que realiza el Malbrán están la producción de sueros antiofídicos, antiescorpiónicos y antiarácnidos y vacunas como la BGC intravesical, para tratar el cáncer de vejiga. Además, se investiga el virus del papiloma humano, que produce cáncer de cuello uterino, y enfermedades como zika, dengue y chikungunya.
La alerta es total ante la dificultad de obtener las drogas y los materiales necesarios para hacer las investigaciones. “Si esto no se puede revertir, si no hay posibilidades de que hagamos compras al exterior, si el presupuesto no se va aumentar y se va a recortar como se está planteando para el 2019, de la mano del FMI, nosotros vamos a entrar en una parálisis funcional”, advirtió el especialista. Temen que la situación empeore con el pesupuesto que se prevé aprobar para el año que viene.
Respecto de la cepa de la bacteria que tiene en vilo a toda la sociedad, explicó que la enfermedad “es como un individuo que tiene una familia. El Streptecocco es un individuo que tiene una familia. De esa hay algunos que son más patoteros y otros que son más mansos. Alguna cepa puede ser más toxica, genera toxinas más duras y genera problemas diferentes a los habituales. Entonces tenemos que identificarlos, saber quién es, ver qué antibiótico le hace efecto y hacer la prevención”, destacó.