Vestidas de negro, con mantos cubriendo la cabeza y atadas con una soga, las mujeres le daban la espalda a la Catedral metropolitana. En el cuello y las muñecas pañuelos verdes y naranjas. Ayer a la tarde los flashes no se hicieron esperar porque se trataba de actrices que ponían el cuerpo, esta vez, para apoyar la Campaña por la Apostasía. “Hace poco más de un mes que el Senado rechazó la ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La Iglesia tuvo un rol muy importante en este resultado. Entonces Actrices Argentinas decidimos hacer una apostasía colectiva. Reclamamos Iglesia y Estado, asunto separado”, explicó Luisa Kuliok en la apertura del evento performático.
El cielo gris retenía la lluvia en gruesos nubarrones, mientras ellas se agrupaban tras una mesita que exhibía los pañuelos verde y naranja, por el aborto legal y por la separación de la Iglesia del Estado, respectivamente. Rostros conocidos por protagonizar novelas y películas, se encontraron esta vez, como lo vienen haciendo desde que el debate por el proyecto IVE llegó al Congreso Nacional, para ponerle el cuerpo a la agenda política.
Pocos minutos después de las dos de la tarde, se ataron formando un medio círculo de espaldas a la Catedral, reproduciendo con sus atuendos la imaginería medieval.
Kuliok aclaró que el acto era un “humilde aporte” a quienes hacen esta Campaña y agradeció a todas quienes las precedieron en esta lucha. Luego, Laura Azcurra comenzó a leer un documento: “Porque nos negamos a pertenecer a una institución que no nos representa, nosotras, Actrices Argentinas, apostatamos” y el coro de mujeres repitió “apostatamos”. “A la mayoría se nos bautizó por decisión de los mayores. Ahora que somos responsables, y dueñes de decidir, apostatamos”. Continuaron la lectura Dolores Fonzi, Jazmín Stuart, Anabel Cherubito, Anita Paul y Julieta Ortega.
En la lectura denunciaron, entre otras cosas, que la Iglesia Católica “desde su poder económico y mediático anima la ignorancia, el prejuicio y la hipocresía” y que se trata de “una institución que repetidas veces se opuso a los derechos de las mujeres, a la educación sexual, al uso de métodos anticonceptivos, y que promueve el odio y la discriminación contra el colectivo LGTBIQ”.
“No queremos ser parte de los fieles de una iglesia que se autodefine mayoritaria y usa esos números para imponer sus puntos de vista y conseguir privilegios –leyeron las actrices–. Pese a que en Argentina deberíamos tener un Estado laico y la Constitución garantiza la libertad de culto, la iglesia recibe generosos fondos aprobados cada año por el Parlamento a través de la ley de Presupuesto de la Administración Nacional. Además mantiene lazos de enorme envergadura con el Estado Nacional, las provincias y los municipios mediante otro tipo de subsidios (por ejemplo el financiamiento de todas las escuelas parroquiales), exención de impuestos (en la Ciudad de Buenos Aires llega al 5 por ciento de lo recaudado por ABL), negocios privados y fundaciones, entre otros”.
Luego de la lectura, Fonzi inició la firma de planillas para apostatar, que luego se acompañan y presentan de manera personal, idealmente junto al certificado de bautismo, en la Diocesis más cercana al domicilio. La siguió Azcurra, iluminada por glitter verdes entre los ojos, que explicó que buscan difundir cómo es el trámite para renunciar a ser parte de la Iglesia Católica. “Después de la negativa a aprobar la ley de IVE nos pareció que nos quedamos cortas y que teníamos que ir por algo más profundo, por eso decidimos apoyar esta campaña para decirle a la Iglesia que no nos está representando”, comentó a este diario.
“La Iglesia tiene mucho que ver con derechos negados a lo largo de la historia”, dijo Stuart, asumida feminista recién este año aunque dice haberlo sido intuitivamente desde siempre. Este es un año de participación intensa de las más de 400 actrices que forman parte de este colectivo, a partir del apoyo al IVE. Para Stuart, se debe a que “estos temas tocan tan de cerca la soberanía de la mujer sobre su cuerpo indefectiblemente terminaron de unir todos nuestros feminismos. Además tener un objetivo claro y una fecha concreta ayudó a organizarnos”.
En la actividad estuvo también la política feminista María José Lubertino que viene promoviendo esta lucha hace años porque, como dijo, “la mejor garantía del respeto a la pluralidad es un Estado laico”. Hubo también algunos cholulos para tomarse una foto con las actrices de la tele. La ampliación de públicos es probablemente el mayor aporte de que mujeres con trayectorias públicas no militantes se hayan sumado a la puja política por los derechos de las mujeres.
Posando para la foto final, a las tres de la tarde, ellas que evidenciaron la vitalidad que sigue teniendo “la perspectiva anacrónica y oscurantista de aquella Iglesia católica que hostigó, acusó de herejía, torturó y ejecutó a miles de mujeres y hombres que profesaron ideas distintas a las de su dogma”, empezaron gritando “Iglesia y Estado, separados” y terminaron cantando “Aborto legal en el hospital”.Recién entonces, la llovizna cayó sobre la ciudad y el grupo se dispersó.