La última versión que ofreció José López sobre el origen de los 9 millones de dólares que intentó esconder en un convento fue desmentida por Fabián Gutiérrez, el ex secretario privado de Cristina Kirchner.
Según declaró López en la causa de los cuadernos, donde presentó la cuarta versión diferente sobre la proveniencia de los dólares, Gutiérrez lo llamó en 2016 a una reunión en el NH Hotel y le pidió que recibiera y escondiera los dólares. El ex secretario de Obras Públicas dijo que "el 13 de junio (de anteaño) en la noche tarde se presentaron de parte de Fabián tres personas que me dejaron los bolsos que fueran posteriormente secuestrados".
Pese a lo que publicaron algunos medios de comunicación, López no dio mayores precisiones y dijo que creyó, que supuso, que los dólares eran de la ex presidenta.
Mediante un escrito presentado en el juzgado de Claudio Bonadio --en el que designó como defensor particular al abogado Martín Magram--, Fabián Gutiérrez planteó "la mendacidad" de la declaración de López.
En busca de moderar la probable condena que le impondría el tribunal oral que ahora lo juzga por enriquecimiento ilícito, por el hallazgo de los 9 millones de dólares y de propiedades no declaradas, entre otros ilícitos, López declaró como supuesto arrepentido en la causa de los cuadernos y ofreció una nueva versión, contradictoria con sus explicaciones previas y aún con lo determinado por la investigación del fiscal Federico Delgado y el juez Daniel Rafecas: establecieron que los billetes habían estado escondidos donde vivía López en Dique Luján, en un lugar oculto de difícil acceso y que el propio ex funcionario había señalado. Pero ya ante el Tribunal Oral Federal 1, donde se lo acusa de enriquecimiento ilícito, López había declarado que en realidad el dinero nunca estuvo en su casa, que era dinero de la política, no mencionó a CFK y sostuvo que tres personas lo obligaron a trasladar los dólares al convento, mientras lo seguían con una moto y un auto (la fiscalía demostró que las cámaras de seguridad registraron el paso del auto de López, pero nadie lo seguía). Otra versión distinta había ofrecido ante los tribunales de Mercedes por la tenencia ilegal de la carabina que llevó al convento: ahí dijo que el kirchnerismo lo había presionado para que dijera que el dinero era de Lázaro Báez. Un punto llamativo fue que las supuestas presiones para que señalara a Báez vinieron de la policía bonaerense, cuando ya gobernaba el macrismo.
Gracias a su última versión, donde esbozó un nexo con CFK, a medida de las expectativas del juzgado, López consiguió que lo trasladaran del penal de Ezeiza a una unidad policial en Palermo.