La Argentina llegó al trasplante de médula ósea número mil con donante no emparentado, según informó oficialmente hoy la Secretaría de Salud de la Nación. Distintas enfermedades de la sangre pueden curarse con un trasplante de células progenitoras hematopoyéticas y en el 75 por ciento de los casos se debe recurrir a un donante no emparentado.
Enfermedades como la leucemia, la aplasia de la médula ósea, la talasemia (un tipo de anemia, que puede ir de casos leves hasta cuadros muy graves, con riesgo de muerte) y varios déficits inmunológicos, entre otras, pueden curarse con un trasplante de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH). El 75 por ciento de los pacientes que requieren un trasplante de médula ósea no dispone de donantes compatibles en su familia, por lo cual se debe recurrir a un donante no emparentado.
El Registro Nacional de células progenitoras hematopoyéticas del Incucai es la entidad que se encarga de la incorporación de donantes de células para ser utilizadas en el tratamiento de enfermedades con indicación de trasplante. Hay más de 237 mil donantes inscriptos, los que forman parte de los más de 32 millones de donantes de la Red Mundial Bone Marrow Donors Worldwide (BMDW), que agrupa registros de más de 63 países.
Durante este año, el Registro Nacional de Médula Ósea aportó 24 donantes, 13 para pacientes argentinos y 11 extranjeros (en España, Canadá, Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña).
Desde su creación, en el 2003, el sistema de salud argentino garantiza que todo paciente con indicación de trasplante con donante no relacionado pueda ser tratado sin necesidad de viajar al exterior.
Los requisitos para ser donante son gozar de buena salud, tener entre 18 y 55 años y pesar más de 50 kilos. Quienes quieran registrarse como donantes deben donar sangre en alguno de los Servicios de Hemoterapia de los 150 centros de donación que funcionan en todo el país. También pueden hacerlo en las colectas externas que cada mes se organizan para facilitar la donación de sangre y médula ósea.