Esta charla se escuchó (o pudo ocurrir) en el lobby de un hotel modernoso, de cadena internacional, cercano a la Casa Rosada. La sostuvieron, por ahí, un periodista crítico y un funcionario oficialista, del ala Festilindo.
–Estamos muy contentos porque Mauricio anunció un acuerdo entre los sindicatos petroleros, el Estado y las empresas. Será “una revolución en el trabajo”.
–Suena parecido a “revolución productiva”.
–Y dale con compararnos con el menemismo. Mauricio es desarrollista, toma ejemplo de Frondizi. Es un acuerdo notable, que fomentará la producción y el empleo.
–¿Se firmó el acuerdo?
–No todavía porque el ministro Jorge Triaca está de vacaciones. Pero ya se hará. Es un ejemplo a imitar porque todos aportan algo para generar sinergia.
–Leí a una editorialista económica de Clarín decir que todos resignan algo…
–… ¿viste?
–Pero después aclara que no se sabe qué resignan los empresarios.
– No resignan, suman, Hay compromisos firmes de invertir 5000 millones de dólares este año.
–Y los muchachos reducen horas extras, cobran menos, flexibilizan medidas de seguridad.
–Son convenios vetustos. Y las empresas se comprometen a no despedir.
–¿Las reformas se firmarán cuando lleguen las inversiones?
–No, cuando vuelva Triaca.
–¿Y si las inversiones no se concretan?
–Las reformas que limitan prebendan arcaicos valen igual… pero llegarán, hombre de poca fe. Triaca es católico creyente, reza en su credo, como Sergio Bergman.
–¿Cuáles son las sanciones para las patronales si incumplen el compromiso de no despedir?
–Esa te la debo, pero no va a suceder.
–¿Impondrán indemnización doble o reincorporación forzosa? ¿O sanciones administrativas? ¿O privarán a los empresarios de sus derechos políticos, como a Milagro Sala?
–No, no, no. Todas esas reglas desalientan a los inversores. Y tampoco tomaremos decisiones que competen a la Justicia.
–¿Les harán, así más no fuera, chas chas en la colita, como al elefante Trompita?
–Jamás golpearíamos animales. El contrato se cumplirá, por las dos partes.
–Por ahora hay una que retrocede y otra que solo promete. Ese contrato, si me perdonás, parece escrito en papel higiénico.
–Acá abunda el papel higiénico, en Venezuela falta. Si no estuviera Mauricio esto sería Venezuela.
–Pensé en el papel higiénico porque, según la narrativa del Ministerio de Trabajo, las relaciones laborales son como el proceso orgánico de “comer o descomer”.
...
–¿No se te ocurre otra respuesta que los puntos suspensivos? ¿A qué otros gremios piensan flexibilizar?
–Ya te vas a enterar, no hablemos más. Parecés un panelista de 6-7-8.