“Esta gente estaba drogada. Había dos o tres policías jóvenes que estaban provocando, en una actitud violenta. Me molieron a palos frente a la comisaría, me volvieron a pegar en la vereda y adentro fue peor. Un policía me pisaba las manos, otro me pisaba los pies, mientras un tercero se me había tirado arriba y me decía ‘este es el mano a mano que vos querías’. Me habrán pegado unas 40 trompadas en la cara”, contó Diego Mendieta, con los ojos en compota por los golpes. Pastor evangelista e integrante de la CTEP, Mendieta fue uno de los detenidos junto a Juan Grabois y otros referentes sociales que fueron a la comisaría 38 a protestar contra la represión a un grupo de vendedores ambulantes senegaleses. El hecho provocó la reacción y el repudio de un amplio grupo de dirigentes políticos y sociales que presionaron para que el martes por la noche finalmente fueran liberados. 

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires justificó ayer la represión y las detenciones con el argumento de que los manifestantes “insultaron a la policía”, y que Grabois intentó liberar a los vendedores ambulantes senegaleses “de manera violenta”. Así lo sostuvo el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, que al mismo tiempo, ante la evidencia de las imágenes de los manifestantes que habían sido apaleados, alegó que los arrestos fueron “por pocas horas”. El mismo tipo de argumentación desplegó el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, que aseguró que “bajo ningún punto se pretende criminalizar la protesta”. El funcionario responsabilizó al abogado por haber iniciado una “refriega” con la policía.

El pastor Mendieta detalló hubo una discusión porque uno de los efectivos que parecían al mando del operativo “le dijo a la compañera Jaquelin (Flores) de Cartoneros, que le succionara el miembro”. “Estábamos discutiendo esa falta de respeto, esa violencia con la que se habían acercado. No quiero decir nada fuera de lugar, pero esta gente estaba drogada”, contó a Radio Gráfica. “Había dos o tres policías jóvenes que estaban provocando, en una actitud violenta. Me decían que ya me iban a encontrar y finalmente lo hicieron. Cuando avanzó la infantería, estos dos, con personal a cargo, me buscaron entre la gente. Cuando me encontraron traté de escabullirme pero no pude. Me molieron a palos en la vereda de enfrente a la comisaría, me arrastraron hasta la vereda de la comisaría, me volvieron a pegar en la vereda de la comisaría”. 

“En la comisaría fue peor. Un policía me pisaba las manos, otro me pisaba los pies, mientras un tercero se me había tirado arriba y me decía ‘este es el mano a mano que vos querías’, y me pegaban. Me habrán pegado unas cuarenta trompadas en la cara”.

Juan Grabois, que acababa de llegar para presentarse como abogado para representar a los arrestados, fue  detenido junto a Rafael Klejzer (CTEP Capital), el pastor Mendieta, Sergio Sanchez y Jaquelín Flores (de la Federación de Carreros y Recicladores).

Como Grabois y Mendieta, Jaquelin Flores denunció haber sido golpeada de manera brutal. Contó que los policías se ensañaron pegándole en el sexo y que “se sacaron el nombre (por la identificación) para golpearnos”.  

El trato vejatorio comenzó cuando un policía le dijo que con esa remera -Flores vestía una del Movimiento de Trabajadores Excluídos- “se rajara” y ella le preguntó por qué siendo policía no tenía identificación: “me dijo que era una negra de mierda y que no tenía por qué responderme, que yo para lo único que servía era para chuparle la pija”, relató. 

La referente agregó que otro de sus compañeros fue agredido cuando intentó grabar con su celular lo que ocurría. Le “dan un cachetazo atroz y le tiran el celular y le dicen que no hay nada que filmar, que se las tome, que no querían más negros usurpándoles la comisaría y ahí siento yo que me arrastran de las piernas, me tiran al suelo, lo tiran a Juan. Fue una situación extrema”.

Los dirigentes apuntaron que los vendedores ambulantes llevan tiempo denunciando que no van a pagar las coimas que la policía les exige para permitirles trabajar en la vía pública.  

Los detenidos fueron retenidos hasta pasada la medianoche, mientras en la comisaría se reunían legisladores, dirigentes políticos y sociales en reclamo de su liberación. El metrodelegado Néstor Segovia, la diputada Victoria Donda, el ex dirigente social Luis D’Élía fueron algunos de ellos. También el triunviro de la CGT Juan Carlos Schmid, Leopoldo Moreau,  Agustín Rossi, Roberto Baradel, Felipe Solá y José Luis Gioja estuvieron entre los que expresaron su apoyo, cuestionando tanto las órdenes políticas de reprimir como el discurso del odio que desde el Gobierno alimenta la violencia policial. 

Grabois hizo por la mañana un agradecimiento público por el amplio arco de respaldos: “Ojalá el enorme marco de unidad que se congregó bajo la lluvia para defender a un puñado de laburantes y luchadores sociales de un gobierno autoritario se conserve para defender al Pueblo argentino del saqueo y la miseria planificada”.