“La nueva canción española”, agrega como título el show de Rozalén. Y vaya si lo es, acunada como lo está en su tradición y legado musical, con el ánimo puesto en encender la escucha y compartir de manera plural. Como un fueguito que crece más y más con cada canción. Ni qué decir de sus videos, entre los cuales la muchedumbre suele protagonizar. Un mirarse en el otro, con el otro, que tiene premisa simétrica en la canción “80 veces” –su primer videoclip-, en donde se la ve replicada de manera mimética con Beatriz Romero, quien canta en lengua de signos y está presente en todos sus conciertos.

Todo un posicionamiento que subraya aún más el acontecimiento que significa su presencia, por primera vez en Rosario, en el Teatro del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), hoy a las 21.30, en un show organizado junto a Distrito 7. La acompaña la presentación de su tercer disco, Cuando el río suena… (2017), en donde destila composiciones propias (“pero dibujé una puerta violeta en la pared” dice la primera canción y abre como cascada hermosa), versiona a Violeta Parra en “Volver a los diecisiete”, y compone un dueto junto a Kevin Johansen –cuyo video es una delicia- en “Antes de verte”.

“De donde más influencia considero que tengo es de la canción de autor, que escucho desde niña”.

Nacida en Albacete (1986), su primer disco –Con derecho a… (2013)- ya le significó una aceptación refulgente con las canciones “80 veces” y “Comiéndote a besos”, dedicada a las personas seropositivas. El disco de oro será corolario a la vez que prólogo de su segundo trabajo, Quién me ha visto… (2015), destinado a obtener nuevamente mismo galardón. Con Cuando el río suena…, Rozalén imbrica así como un decir caro a la cultura española –“cuando el río suena, agua lleva”- una diáspora semántica, que articula música, historia familiar, temores y amores. “Hay mucha alegría en lo que hago. En este disco hay alegría, tristeza, rabia, incluso un poquito de odio pero todo eso nos mantiene vivos. Creo que es cierto que resalta siempre un punto de vista optimista en lo que hacemos, aunque venga de algo duro”, le dice vía mail la cantante y compositora a Rosario/12.

--De acuerdo con el disco, estás atenta a la historia de tu familia, a tus raíces. ¿Por qué?

--Porque me estaba buscando a mí misma y lo primero que hice fue ponerme delante de mi abuela y de mis padres para preguntarles de dónde vengo. Sólo así podría saber a dónde voy. Y estoy muy feliz por haberlo hecho, está siendo una terapia familiar muy sanadora.

--¿Quiénes son los músicos y las músicas que te han influido, que considerás sustanciales?

--Mis influencias son muy variadas: alcanzan al folk -toco la bandurria desde los 7 años-; mi madre, que me cantaba coplas; he escuchado mucho rock, punk, pop, me encanta el rap. Pero de donde más influencia considero que tengo es de la canción de autor, que escucho desde niña. Así que podría nombrar a muchos cantautores: Sabina, Serrat, Aute, Bebe, Luz Casal, Mercedes Sosa, Violeta Parra, Víctor Jara y muchos más.

--Alcanzada la notoriedad artística, ¿es difícil sostener la espontaneidad y la mirada personal?

--Me imagino que eso depende de cómo es cada uno. En mi caso me considero una persona normal, muy agradecida por todo lo que me está pasando. Creo que mi base es muy sólida, ya que me rodeo de gente que me quiso “antes de”, e intuyo que eso no va a cambiar. Yo me esforzaré para que sea así.

--Tu atención hacia la diversidad es elogiable. ¿Qué devoluciones has recibido al respecto?

-La gran mayoría de público lo agradece, porque aunque no sean personas sordas les resulta un acercamiento a esta lengua que es preciosa, y las personas sordas nos lo agradecen también. En su inmensa mayoría es la primera vez que pueden ir a un concierto. Contar a mi lado con Beatriz Romero, mi intérprete de lengua de signos, es una manera de derribar barreras que a veces es más fácil de lo que pensamos.

--Tiendo a creer que debés disfrutar mucho de tus presentaciones en vivo, ¿es así?

--Disfrutamos muchísimo de lo que hacemos y eso se trasmite a la gente que viene a vernos. Nuestro público es muy bonito, muy sensible, y se generan ambientes únicos en cada concierto. Yo así lo siento y creo que la gente lo valora de esa manera.

--Tu música ha trascendido fronteras, ¿habías pensado algo semejante?

--¡Yo no me esperaba nada de lo que me está pasando! Ni me imaginaba poder viajar cantando, ni que muchas personas cantasen mis canciones. ¡Me parece todo un milagro! Estoy agradecidísima y ojalá nunca me falte la inspiración para seguir disfrutando de todo esto.