Un grupo de madres y padres de Moreno logró suspender la vuelta a clases en una escuela que no contaba con las doce condiciones básicas de habitabilidad acordadas este lunes en la primera reunión del Comité de Crisis. Se trata de la Técnica N°2, que por orden de los directivos debía abrir sus puertas el miércoles pasado, con el gas cortado, cables pelados y otros problemas de infraestructura que no garantizan la seguridad del establecimiento. Los padres, que desde la muerte de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez formaron el grupo Familias Autoconvocadas y salen a luchar por escuelas seguras para sus hijos, se reunieron en la puerta del edificio y lograron el compromiso de las autoridades para que se retomen las clases recién cuando todo esté en condiciones.

El martes, los directores de la EEST N°2 hicieron circular un comunicado en el que avisaban que al día siguiente a las 7.20 se retomarían las clases. Según contó a PáginaI12 Natalia, mamá de un alumno de la institución, ese martes a la noche se acercaron al establecimiento representantes del Comité de Crisis para pedirles a los directivos que mostraran el acta de habitabilidad que demostrara el cumplimiento de las doce condiciones básicas de infraestructura escolar –recomendadas por la SRT y aprobadas por el acuerdo paritario nacional docente del 2011– que se establecieron como obligatorias en la reunión de Unidad Educativa de Gestión Distrital (UEGD) del lunes: agua corriente, potable y segura; instalaciones eléctricas legalizadas; instalaciones de gas legalizadas; construcción edilicia segura; instalaciones sanitarias; red de cloacas; planes de emergencia ígnea y química; iluminación y ventilación; almacenaje de sustancias químicas; planes de emergencia zonal; edificios escolares en obra; y provisión de botiquín de primeros auxilios. El Comité de Crisis está compuesto por funcionarios de la provincia, de Moreno, miembros del Consejo Escolar, representantes de organizaciones sociales y gremiales, de la escuela 49, directivos y padres.

“Lo que mostraron los directivos, sin embargo, no era un acta de habitabilidad, sino un acta de inspección firmada este lunes, el mismo día que tuvimos la primera reunión del Comité de Crisis donde se establecieron los doce puntos de habitabilidad”, explicó Natalia. “Además de que ese acta fue firmada antes de que finalice la reunión, la escuela ni siquiera reunía uno de los principales puntos que establecimos para retomar las clases: el gas. Cortan el gas y creen que es una escuela segura, y no es así”, agregó. 

Las madres y los padres de la escuela, frente a lo comunicado por los directivos, decidieron acercarse ese miércoles a la mañana a la puerta del establecimiento para evitar que abriera sus puertas en condiciones inseguras. “Las autoridades no nos querían dar explicaciones. Solo hablaba la directora. Nos dijeron que desconocían el Comité de Crisis y que los inspectores les habían habilitado la escuela y por eso habían decidido abrir”, contó Natalia. “Pero ese acta de inspección se firmó antes que termine la reunión de la UEGD del lunes. La escuela no cumple con las doce condiciones pactadas que garantizan que una escuela es segura. Tiene el gas cortado, cables pelados, tanques de agua en malas condiciones. Tampoco cumplen como deberían el requisito de los matafuegos y de las señales de emergencia”, aseguró la madre. 

Según relató Natalia, algunos chicos habían ingresado solos al establecimiento y otros fueron acompañados por sus padres “que nos insultaron y nos dijeron que dejemos de hacer política. No es una cuestión política partidaria. Porque  más allá de la ideología que yo pueda tener, estoy haciendo esto por mis hijos, por sus derechos. Todos queremos que empiecen las clases. ¿Pero bajo qué condiciones? No queremos más muertes”, expresó. 

“Cuando nos enteramos que el inspector de escuelas técnicas, Adrián Martínez, estaba adentro del establecimiento, le pedimos que salga a hablar con nosotros. También nos dijo que desconocía al Comité de Crisis. Nos respondió que él recibía órdenes del jefe distrital, Luis Villarreal”, contó la mamá. 

Finalmente, después de una asamblea de la que también participaron representantes del Comité de Crisis, los padres consiguieron que se firmara un acta de suspensión de clases. “Al principio hubo discusiones fuertes. El inspector y una docente ningunearon la participación de los alumnos. Pero bueno, las autoridades terminaron reconociendo que se habían equivocado y logramos un acta de suspensión de clases firmada por la directora Yanina Pintos y el inspector Adrián Martínez. Luego llevaron ese acta a la jefatura distrital y volvió firmada por el jefe distrital Luis Villarreal y Francisco Pigretti, de la Dirección Provincial de Infraestructura Escolar”, explicó Natalia.  

“Los padres lograron esto, se pusieron al frente de la lucha”, consideró Luis, docente de la EEST N° 2. “Tiene que existir un plan de obras que especifique qué se va a hacer y cuánto va a costar, porque a las palabras se las lleva el viento. En vacaciones de verano somos los docentes, por ejemplo, los que reparamos sillas y mesas, porque nadie viene a revisar y ver cómo está la escuela”, agregó.

A pesar de la falta de seguridad, a partir de la semana que viene, los docentes deberán asistir a la escuela. “Lo hacen como represalia contra los docentes que nos apoyaron. Pero ellos corren el mismo riesgo que nuestros hijos”, dijo al respecto Natalia.

Informe: Azul Tejada.