El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, desmintió ayer las versiones que surgieron desde el Tesoro estadounidense respecto de que se esté evaluando una dolarización de la economía argentina o volver a implementar un programa de convertibilidad. “En relación a los comentarios del Tesoro de Estados Unidos, la Argentina no está embarcada en ninguna negociación de ningún esquema monetario de las características que se mencionan”, respondió el funcionario durante su exposición en la Comisión de Presupuesto para detallar el proyecto la ley de administración de gastos y recursos del año próximo. En su paso por el anexo del Congreso brindó algunas definiciones y no faltaron las atribuciones del mal manejo en materia económica a cuestiones externas y al gobierno anterior. También rechazó que se vaya a realizar un “megacanje”, pero justificó los cambios propuestos en la Ley de Administración Financiera para mejorar el perfil de la deuda. “Durante el gobierno de Macri no habrá ninguna reestructuración de la deuda”, insistió el titular de Hacienda. Ratificó además el pronóstico de un dólar a 38 pesos para fin de año y de 42 pesos para diciembre de 2019. Respecto de las negociaciones con el Fondo Monetario, aseveró que habrá noticias “mucho antes de que se termine de discutir el Presupuesto”.
La reunión estaba prevista a las 14.30, pero el ministro llegó una hora y media después, lo que generó tensiones previas entre los legisladores de la comisión y los funcionarios del equipo económico que sí estaban. Por esto se eligió el formato de pregunta y respuesta y no hubo una exposición previa de Dujovne. No faltaron las chicanas al gobierno anterior y hasta criticó la inflación de 2015, cuando este año el aumento de precios finalizará con un piso de 42 por ciento. También culpó a la “orgía de corrupción” de la administración anterior de la caída de las obras de Participación Público-Privada. El funcionario es el encargado de negociar con el FMI las condiciones de una ampliación del crédito para el país. Consultado al respecto de esa negociación, dijo que la está “efectuando en pleno uso de mis facultades y no puedo adelantar el resultado”. “Se va a conocer antes de que se vote el Presupuesto”, les prometió a los diputados.
El ministro defendió el esquema de libre flotación del tipo de cambio y descartó las versiones de que se analice atar el peso al valor del dólar. “Son sólo comentarios del Tesoro. La argentina ha adoptado un esquema de cambio flotante, con diversas variantes que va a adoptar este Gobierno en el esquema de metas de inflación que se planteó en su momento”, reiteró Dujovne. En el proyecto oficial de Presupuesto se establece para el año próximo un tipo de cambio a 40,10 pesos por dólar, nivel sobre el que pivotea desde fines de agosto. “El tipo de cambio en el Presupuesto no es un plan de gobierno sino una proyección”, se excusó Dujovne y detalló que para alcanzar ese promedio este año la divisa debería terminar a 38 pesos y a fines de 2019 en 42 pesos. “Existen fuertes chances de que se aprecie la moneda”, afirmó el ministro.
Dos temas estrechamente vinculados son el fuerte crecimiento de la deuda y las posibilidades de repago de esos mismos compromisos, situación sobre la que fue consultado en más de una oportunidad. “Los intereses han aumentado en los últimos años porque la Argentina todavía tiene déficit y lo estamos cubriendo con deuda en el mercado”, justificó el ministro. La Ley de Administración Financiera regula la emisión de deuda y establece que toda renovación tiene que procurar bajar el monto o los intereses o ampliar los plazos, una serie de premisas difíciles de cumplir en el actual contexto. “El problema es que la ley no nos permite mejorar el perfil de vencimientos de la deuda. Por ejemplo, pasar deuda de dólares a pesos. No se puede sin una modernización de la ley. La Argentina no estudia ningún megacanje ni nada por el estilo. Planteamos una propuesta que le permita al país ahorrar dinero y que le mejore el perfil de endeudamiento”, respondió.
Secundado por el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, el ministro confirmó que se utilizarán los recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses para pagar los haberes luego de que se terminen en abril los fondos extraordinarios derivados del blanqueo de capitales. “No planteamos otra cosa que cumplir con la ley y utilizar el FGS para lo que ha sido creado. Se había planteado que primero se agotaba el dinero del blanqueo y después utilizar el FGS”, reiteró. “Está destinado así desde la Ley de Reparación Histórica”, señaló Pena, quien aseguró que “en ningún caso se está pensado utilizar activos del FGS”. Esa ley fue promovida por el actual gobierno.
La apuesta de financiar infraestructura vía programas de Participación Público-Privada (PPP) quedó relegada a la conformación de un fideicomiso “para financiar capital de trabajo”. “Estamos intentando llevar adelante una solución parcial. No es la mejor pero es la que tenemos disponible para defender el empleo en la construcción y las obras, para que no se pierdan miles de puestos de trabajo”, afirmó Dujovne.
Entre las distintas justificaciones a la falta de inversiones a través de las PPP, hizo referencia a “los cuadernos de la corrupción” y a la “orgía de corrupción”. De todos modos, reconoció un aumento del desempleo –que fue confirmado por el Indec en simultáneo– y subrayó que para cubrir el impacto de la inflación se decidió “aumentar las transferencias a través de la Asignación Universal por Hijo con un bono en septiembre y en diciembre”. Para finalizar el sombrío panorama que se avecina y reconociendo que se trata de un hecho contra-fáctico, arengó: “No nos olvidemos que evitamos ser Venezuela”. “Miren lo que sucede con la inflación en Venezuela, la crisis y la emigración desde ese país”, continuó en medio de los reproches de varios de los diputados de la oposición.