La desocupación trepó de 8,7 a 9,6 por ciento en el último año y afecta a 1.239.000 personas en los 31 aglomerados urbanos que releva el Indec. Es la tasa más alta de los últimos 12 años. Si los datos se proyectan a toda la población urbana, los desempleados llegan a 1.850.000. A su vez, los subocupados se incrementaron de 11 a 11,2 por ciento y ya suman 1.447.000, llegando a 2.100.000 a nivel nacional. Esto significa que casi 4 millones de personas tienen problemas de empleo. El relevamiento abarca los meses de abril, mayo y junio cuando la crisis financiera todavía no había impactado de lleno en el aparato productivo. Por lo tanto, algunos especialistas sostienen que lo peor aún está por venir.
El aumento de la desocupación se dio en un escenario de creación de puestos de trabajo. Esa situación se explica porque la población económicamente activa, conformada por quienes tienen empleo o lo buscan activamente, se incrementó en 398 mil personas, elevando la tasa de actividad de 45,4 a 46,4 por ciento. De ese total, solo 247 mil personas consiguieron un puesto de trabajo, lo que llevó la tasa de empleo de 41,5 a 41,9 por ciento. Los 151 mil restantes siguen buscando y no consiguen. Por eso se sumaron a los desempleados.
La tasa de actividad entre los jefes de hogar se redujo de 66,8 a 66,4 por ciento (-0,4 punto), pero creció fuerte entre las mujeres de 30 a 64 años (2,1 punto), las mujeres de 14 a 29 años (1,9 punto) y los hombres de 14 a 29 años (1 punto). El Centro de Estudios de Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad de San Martín aseguró ayer que esa situación puede deberse al fenómeno del “trabajador adicional” que se produce cuando integrantes inactivos de una familia deciden buscar empleo para compensar el alicaído presupuesto del hogar.
Las mujeres y los jóvenes salieron activamente a buscar empleo, pero eso no significa que lo hayan conseguido. Por eso la desocupación trepó. De hecho, entre las mujeres mayores de 14 años el desempleo creció de 9,5 a 10,8 (1,3 punto), impactando fundamentalmente e la franja de 14 a 29 años donde pasó de 19,8 a 21,5 por ciento (1,7 punto). No obstante, el mayor impacto fue entre los varones de 14 a 29 años donde la desocupación se fue de 15,4 a 17,3 por ciento (1,9 punto). Los que si consiguieron empleo no están mucho mejor, pues, según el CETyD, cerca del 90 por ciento de los puestos de trabajo creados en el último año fueron precarios. El 25 por ciento consiguió un trabajo informal y el 63 por ciento un empleo por cuenta propia.
Los resultados por aglomerados urbanos muestran que la mayor desocupación se registra en la región Gran Buenos Aires donde en el último año trepó de 10 a 11,4 por ciento. La situación más delicada es en los partidos del conurbano bonaerense con una tasa de 12,4 por ciento. Las más afectadas son las mujeres bonaerenses de hasta 29 años, franja en la que el desempleo llega al 24,6 por ciento, mientras que entre los varones de hasta 29 años la cifra es del 22 por ciento.
En la región Pampeana el desempleo es del 8,8 por ciento, mismo porcentaje que hace un año. Dentro de esa zona, la peor situación es en Santa Rosa-Toay (11,1), en Gran Córdoba (10,8) y en Gran La Plata (9,5 por ciento).
La región Noroeste se ubica en tercer lugar en el ranking del desempleo al haber pasado en un año de 6,9 a 7,6 por ciento, siendo la ciudad de Salta la más afectada con un 10 por ciento.
En la región Noreste la desocupación trepó en la comparación interanual de 3,5 a 4,1 por ciento, siendo Gran Resistencia el lugar que enfrenta más dificultades ya que allí la cantidad de personas sin empleo subió de 1,6 a 5,4 por ciento en un año.
En Cuyo el desempleo también trepó, de 3,8 a 4,9 por ciento en doce meses. Gran Mendoza es la zona más crítica con una desocupación que se fue de 3,7 a 5,5 por ciento, pero en Gran Luis la situación también empeoró porque las personas que buscan trabajo y no consiguen pasaron de 2,8 a 3,3 por ciento.
La única región donde la desocupación disminuyó durante el último año fue en la Patagonia, al pasar de 6,5 a 5,9 por ciento, pese a que la baja se observa solo en dos de las seis zonas relevadas. En Rawson-Trelew aumentó de 9,9 a 11,7 por ciento, en Viedma-Carmen de Patagones de 1,6 a 5,2 por ciento, en Ushuaia-Río Grande de 6,2 a 6,8 por ciento y en Río Gallegos de 4,3 a 6,2 por ciento, pero en Comodoro Rivadavia-Rada Tilly, en el sur de la provincia de Chubut, cayó de 6 a 3,7 por ciento y en Neuquén-Plottier, provincia de Neuquén, de 7,5 a 4,2 por ciento. En ambos casos gracias a la recuperación de la industria petrolera.