De pronto nos pasaron muchas cosas y todas juntas: el derrumbe del consenso que había logrado el macrismo en buena parte de la sociedad a partir del fracaso estrepitoso de sus recetas económicas, la ola verde que inundó de esperanza y feminismo las calles de la Argentina, la irrupción de la resistencia social a las políticas de ajuste acompañadas por el crecimiento de la represión gubernamental. Frente a eso todas las organizaciones del campo popular entramos en un proceso de reflexión constructiva.
Hoy algunos nos tildan de “cristinistas”. No sólo carecen de argumentos para fundamentar tal señalamiento, sino que son los mismos que “olvidan” que Libres del Sur sostiene alianzas políticas locales con Cambiemos en varias provincias, tales como San Luis, Mendoza o Tucumán, y en Salta forma parte del gobierno de un aliado de Macri como Juan Manuel Urtubey; obviamente estas alianzas han entrado en franca contradicción con lo que necesitamos conformar para adelante, son políticas equivocadas y erráticas que lo único que logran es retrasar el proceso de unidad del campo popular y progresista que ya está en marcha.
No me voy sola de Libres del Sur, me acompañan Daniel Menéndez y todo el Movimiento Barrios de Pie, miles de militantes de todas las provincias, el movimiento de mujeres, las y los jóvenes que han recuperado la esperanza en que un país con más derechos es posible. Es el final de algo que nos formó y le estamos agradecidos. Pero también es el principio de lo que espero que sea parte de la opción política y social que reemplace al gobierno de Macri y sus CEO inescrupulosos.
Nos vamos de Libres del Sur porque no podemos convivir con estas prácticas políticas ambiguas, y mucho menos con quienes intentan tapar esa realidad enmascarados en la supuesta unidad de un partido que se resiste a la crítica constructiva, a la renovación dirigencial y a la democratización de sus ámbitos. Aún así, no creo que quienes se queden con Libres sean traidores ni enemigos, seguirán siendo mis compañeros y volveremos a encontrarnos muchas veces en la lucha.