La sorpresa de los conquistadores no tenía fin. Los cuerpos agotados, sin agua a la vista y ningún encuentro con los tesoros prometidos. Días enteros andando por esas tierras donde el horizonte parecía correrse a medida que se avanzaba, transformándose en un mar imposible. Era la llanura argentina. La Pampa que Juan José Saer dijo dar la impresión de unidad, de intemporalidad y de persistencia, fomentando instantes susceptibles de ser atesorados como rituales. Es el paisaje en el que navegan los artistas rosarinos residentes en Berlín Dolores Zinny y Juan Maidagan. Un paisaje que es abierto como un mar y un horizonte que es abstracto como una línea, experiencia de máxima corporalidad así como de sutilísima conceptualización, la que a su vez encarnan sus obras.
Zinny & Maidagan son conocidos internacionalmente por intervenciones site specific en el espacio urbano, en las que alteran la arquitectura de edificios emblemáticos para generar nuevas lecturas. Rosario, Buenos Aires, Nueva York, Los Angeles, Berlín, Frankfurt, Austria, son algunas de las ciudades en las que se puede ver arte para el espacio público del colectivo de artistas rosarinos: “La dupla radica su metodología y proceso de trabajo en la exploración de la inespecificidad de las cosas, modificando y traduciendo los sitios que intervienen para así revelar el carácter arbitrario de toda forma, de toda designación y, en general, del acto creativo” se lee en el texto curatorial.
Una de sus últimas obras en relación al arte para el espacio público fue en Los Angeles County Museum of Art (LACMA, 2O17) con la obra Word for Word: Décor For Distance en el marco de la exposición Historia universal de la infamia. Jorge Luis Borges ronda de forma sigilosa y persistente el cuerpo de obra de los artistas. En esa oportunidad, montaron enormes banners sobre la fachada del museo con palmeras que a su vez recortan, fragmentan, las palmeras allí existentes. Palabra por palabra, decoraciones que son distancias, tal como sugiere el nombre de la obra. Por un lado las palmeras, presentes en la obra de los artistas de forma recurrente para hacer referencia a Sudamérica, zona de origen de este árbol transplantado a todo el mundo, metáfora de las migraciones que todo sufre, como las mismas palabras. La obra hace también referencia a una poesía de Wallace Stevens que los artistas modifican cambiando la palabra decoración por distancia.
Moción, nombre de la presente exposición que realizan en Buenos Aires, presenta obras gráficas y textiles de los últimos diez años, arte migrante con raíces locales que refleja el movimiento continuo, poniendo en escena una política de los cuerpos que constituye, a su vez, acciones del pensamiento: la obra como cuerpo, el espacio como cuerpo, el lenguaje como un cuerpo. Costuras emplomadas, banderas sin geografías, horizontes mutantes, palmeras como versiones literarias y morfemas transmutados se mueven por el espacio como si fuera un tiempo. Leer la arquitectura como una pieza literaria y mirar las palabras como si fuesen objetos; rozar los sentidos, traicionar mínimamente el lenguaje para traducir lo intraducible. Ese parece ser el movimiento pendular en el que Zinny & Maidagan deconstruyen de forma permanente los espacios y los tiempos –históricos, políticos, estéticos y lingüísticos–. Pero lejos de neutralizarlos, esa deconstrucción deviene en nueva obra, nueva construcción de sentido, potenciando los significados pesados y arbitrarios, con el que cargan las cosas, como el mismo lenguaje.
Los artistas estudiaron en el Whitney Independent Study Program y recibieron las prestigiosas becas Guggenheim, Krasner Pollock y DAAD. Vivieron en Nueva York desde 1994 hasta el 2002, año en el que se trasladaron a Berlín. Su trabajo se expuso en la 50° Bienal de Venecia, la 2° Bienal de Sevilla, la 5° Bienal de Berlín y la 8° Bienal de Gwangju, Corea del Sur, así como en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), en el Moderna Museet de Estocolmo, en el Museo Rufino Tamayo de México, en la DAAD Galerie-Berlin y en el Museo de Arte Moderno de Frankfurt, entre otros. Vida y obras nómades, que dan cuenta del artificio literario y estético que implica toda bandera y todo lenguaje.
En la Argentina hicieron dos grandes intervenciones: una en Rosario en 1993 y otra en la Fundación Proa en 2010. La primera fue motivada por la inauguración del Centro Cultural Bernardino Rivadavia, espacio que mutaba como centro de cultura pero que cargaba con un sentido siniestro por haber sido el centro de prensa del Mundial de fútbol ‘78, durante la dictadura. Zinny & Maidagan instalaron frente al edificio un conjunto de contenedores de escombros vacíos, imaginando una inmediata demolición. Así celebraban la apertura, poniendo de manifiesto la ambigüedad del lugar, la necesidad de demoler hábitos, políticas, creencias así como de crear una intencionada confusión. Abrir la pregunta. Irrumpir críticamente el espacio.
La tela Costuras emplomadas, que se puede ver en Moción, evidencia el trabajo con materialidades contrapuestas y pone en escena el recurso al que Zinny & Maidagan vuelven una y otra vez: interrumpir, modificar, resignificar la arquitectura con elementos textiles.
Ninguna bandera al sol desnaturaliza la relación entre territorio y origen, la bandera como referencia arbitraria, distante, sin vinculación a un territorio determinando, cuestionando la designación que denota. La bandera contiene una forma central, simulando un martillo o un hacha. Obra nacida durante la guerra de Irak (guerra televisada cuya destrucción masiva no fue captada en sus dimensiones reales ) en la que la percepción del horror y las políticas destructivas que lo generan se bifurcan, la obra se presenta hoy como una metáfora del desarraigo, en la dirección que siempre parecen están mirando los artistas migrantes: la transposición semántica. Para un hecho, para una forma, para una palabra, múltiples significados. Estrategias migrantes para deconstruir la relación entre el espacio social y el espacio singular, de cada individuo.
El bellísimo tríptico Palabra por palabra deviene una oración gráfica, en la que se transmuta en dibujo la traducción que Borges hizo de Las palmeras salvajes de Faulkner y donde los artistas juegan con los morfemas (como por ejemplo la terminación en “o” para el masculino y “a” para el femenino) trastornado los sentidos, especialmente los de género. Es una operación de traducción: en algunos idiomas las palabras son neutras mientras que al traducirlas a otro tienen que estar genéricamente determinadas. En los dibujos Dolores Zinny contrasta las versiones del texto –resaltando la infidelidad de Borges en su traducción del original de Faulkner– y a su vez las traduce/representa en palmeras.
Moción, define el diccionario, es una expresión del género mediante un cambio de terminación. Juego borgeano hasta el infinito, la modificación de un espacio mínimo, que en el lenguaje equivale a una letra, puede variar hasta lo irreconocible el significado de una misma pieza, una misma palabra. Entre estos dos mundos, las grandes intervenciones site specific en el espacio urbano, el arte para el espacio público y la gramática, se construye el gran cuerpo de obra de los artistas. Es que toda migración implica traducción. ¿Qué delimita una frontera? ¿Qué implican los relatos nacionale ? El peso enorme de los símbolos se pone de manifiesto en Trece líneas de horizonte, telas en las que la belleza pura de la austeridad sintetiza el problema de las designaciones y los nombres.
Cuenta el artista Juan Maidagan: “Yo he caminado mucho en el campo. Me daba mucha ansiedad. Sólo una línea horizontal. Uno intenta marcar un punto y a partir de ahí ese punto se transforma en fantasma, signo, centro.” Como escribió Saer, la pampa como un río sin orillas, y los tratados –todos, ninguno, cualquiera– como tratados imaginarios. Las obras de Zinny & Maidagan construyen banderas sin países, horizontes sin referencias, geográficas puras que son a su vez mapas de pensamiento. A través de ellas se puede volver a un espacio, un horizonte inmenso, del que Dolores Zinny y Juan Maidagan nunca se fueron.
Moción, de Zinny & Maidagan, se puede visitar en Galería Henrique Faría, Libertad 1630. Hasta el 3 de octubre