A desentrañar los hábitos alimenticios de legendarios escritores y artistas se dispuso la fotógrafa Michelle Gerard, amén de recolectar suficiente información para recrear sus platillos preferidos ¿El resultado? La flamante serie The Artist Diet, donde la muchacha estadounidense recrea los rituales culinarios de algunos de los nombres más rompedores de la literatura, las artes visuales, el cine, la poesía... Para Andy Warhol, por caso, muestra la imagen dulces y tortas con un “cóctel de guardería”: leche on the rocks, bebida con la que el artista pop por excelencia acompañaba la ingesta de caramelos. “Warhol visitaba pastelerías todos los días, y algunas veces, se comía él solito un pastel de cumpleaños entero”, relata la damisela sobre el varón de paladar dulce. Jack Kerouac, por cierto, favorecía la comida china (en especial, las variedades con carne de cerdo) y remataba la comilona con tartas de manzana, mientras tecleaba a más no poder en su máquina de escribir hasta altas horas de la madrugada. Para el ¡oh, capitán, mi capitán! Walt Whitman, curioso amanecer: ostras y carne durante el desayuno. Distinto el caso de John Steinbeck, pronto a las tostadas (frías) y el café (rancio) en su mes de cocina, acompañados por una amplia variedad de mermeladas sobre la mesa de cocina. Sencilla también la dieta del historietista Charles M. Schulz, papá de Charlie Brown, que solía degustar un humilde sándwich de jamón en su estudio. “Por favor, decime que pronto vas a hacer la comidita favorita de Hunter S. Thompson. Por favor, por favor...”, le ruega un usuario en redes a doña Gerard, y ella –que ya ha recreado y retratado platos predilectos de Georgia O’Keeffe, F. Scott Fitzgerald, Ingmar Bergman, Patricia Highsmith, etcétera– le ha dicho: “Está en mi lista futura, pero arranqué por doce personajes. Otros doce están por venir, lo aseguro”. Una ricurita.