–El paro será realidad y se prevé contundente. ¿No llega un poco tarde?
–El paro era imprescindible desde hace semanas y si bien llega un tanto forzado por el agravamiento de la situación hay que tener en cuenta que es en defensa propia porque el gobierno está provocando un daño en la matriz productiva y en el tejido social tremendo y la CGT está haciendo muy poco. Entonces, a los que venimos impulsando un plan de lucha y no solo una medida de fuerza, el paro nos resulta un tanto extemporáneo. Creo que es fundamental revisar el documento del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) que enuncia lo que el movimiento obrero están expresando.
–Ahí reclaman el cambio de modelo económico.
–Así es. Lo planteamos en defensa de la industria nacional y para eso es preciso poner un freno a las importaciones, detener el tarifazo que se traducen en una fabulosa pérdida de empleos y terminar con el impacto negativo que tienen estas políticas en Pymes y en las economías regionales. Nosotros reclamamos revisar el modelo tributario y avanzar en la declaración de la emergencia alimentaria y sanitaria e incluso revertir la reforma previsional.
–¿A qué responde la tardanza en decretar el paro?
–La conducción de la CGT dice no querer ser tildada de desestabilizadora. Nosotros sostenemos que ningún plan de lucha puede ponerle fin a un gobierno sino que lo que hay que hacer es ponerle un freno a las políticas que ante la ausencia de rechazo organizado el gobierno sigue avanzando.
–¿Todo lo que ocurre son errores del Gobierno o es el modelo?
–El mercado está manejado por un grupo de empresarios vivos e inescrupulosos y tienen un montón de aspiraciones que tienen que ver con la voracidad de acumulación de bienes, divisas y poder económico y este gobierno está integrado por otro grupo de empresarios vivos que coinciden con los intereses del mercado. Sólo argumentan impericias para disimular y no perder el apoyo pero son medidas que son orquestadas con toda claridad.
–Durante el plenario del FSMN se planteó evitar la sanción del Presupuesto. ¿Es posible? ¿El Gobierno no aprovechará para victimizarse?
–Mire, el evitarlo o modificarlo no puede representar un ataque o un golpe. En todo caso es un golpe a los intereses de los empresarios que buscan licuar el poder adquisitivo del salario y generar más desempleo que provocará una sobre oferta laboral y su consecuente reducción de los costos. Es muy claro desde la definición del modelo capitalista que usan el recurso humano con un fin utilitario como si fueran cosas que se pueden desplazar, suspender, comercializar, desvalorizar y hasta eliminar. Entonces con desempleo y crisis económica los derechos laborales caen en un segundo plano porque la prioridad es poder llevar la comida al hogar. Ellos aspiran que con este sistema de imponer el terror en el mercado laboral las organizaciones sindicales bajen las banderas y acepten la precarización. Hay que tener en claro que esta crisis no existía y el Gobierno se dedicó estos tres años a producirla para defender sus intereses. Entonces, el pedido que hacemos por el rechazo a este presupuesto es para que la oposición no avale el ajuste a la educación, la salud, previsión social y a las compañías que prestan servicios al Estado.
–¿Esto que usted describe es lo que el Gobierno entiende por déficit cero?
–Ellos buscan un Estado chico para no tener que subsidiar a las empresas del Estado porque cuando uno ve que le dan los Repro a empresas privadas como Carrefour, donde le avalan 1500 despidos encubiertos, lo que queda a la vista es que usan los fondos públicos para sostener a los privados en detrimento de las empresas públicas. En el mercado aerocomercial se expresa con los recortes de subsidios a Aerolíneas y se los dan a empresas transnacionales cono LAN o a Flybondi. No hay voluntad de potenciar las políticas públicas. En este contexto como Frente Sindical vemos la necesidad, y estamos dispuestos, a liderar la protesta social porque el gobierno no es el dueño del país.
–Encabezar la protesta social pareciera ser uno de los puntos que los distancia de la actual conducción de la CGT.
–Este es el punto más visible. El movimiento obrero está así porque no tiene una conducción que tenga la voluntad de vencer. Siempre hay excusas como la institucionalidad, la gobernabilidad o que no es el momento o el día o la estación del año y la verdad que para defender los intereses de la Nación no hay ni buena hora, ni época o contexto sino simplemente hay que hacerlo. Por eso nos oponemos al FMI. Tenemos que defender a la Nación y la CGT debería estar haciendo eso. Tal vez algún compañero lo estará haciendo pero vemos que la mesa chica de la central obrera no está defendiendo estos intereses.
–¿Son todos o hay alguna excepción entre los miembros de la conducción?
–Que yo sepa ninguno renunció por lo que la continuidad significa un aval más allá de las manifestaciones públicas o privadas que realicen. El continuar es avalar el status quo que en algún momento pudo haber servido pero hoy está claro que eso ya no tiene sentido.
–Sin embargo, tanto en la CGT como el FSMN se habla de unidad. Es más, en su sector se dice que hay que profundizar la unidad aunque duela.
–Y en verdad está doliendo porque implica intentar convencer a compañeros que se nota que no tienen mucho interés en ser convencidos. Considero que la única forma de entender la lucha es ponerse al lado y comprender el sufrimiento del despido como propio porque el que perdió la dignidad que le da el trabajo no puede comprender que uno de los movimientos obreros más potentes del planeta esté sometido a la inacción. Lo vemos con preocupación pero esperamos lograr la unidad. No importan ni los nombres de quien conduce ni siquiera mucho la institucionalidad sino la voluntad de liderar la lucha y vencer. Y este paro ciertamente no es un plan de lucha.
–En el Frente Sindical se señala a Cristina Kirchner como la líder de la política, ¿lo comparte?
–Hacen falta liderazgos que generen consenso. Cristina es una líder fuerte con un piso alto pero un techo bajo que tiene que ver con el sectarismo que tiene un sector que la acompaña que se definen como kirchneristas puros y no hablan del peronismo pero la única oposición posible es con el PJ que no es sólo el kirchnerismo ortodoxo. Los intereses individuales deben quedar subordinados a los colectivos y nacionales para construir mayorías. Está complicado pero nosotros tenemos claro que debemos ser un factor importante en ayudar pero después de conseguir la unidad sindical.
–Los tiempos parecen acelerarse. ¿Se logrará la unidad de la CGT?
–Sí porque cuando las especulaciones encuentran como pared la crisis en la calle entonces todos se darán cuenta de la necesidad de darle formalidad a esa unidad. Ya está sucediendo como el caso del Francisco “Barba” Gutiérrez y Pablo Moyano que estuvieron años alejados. Eso demuestra que la unidad es posible. Algo similar ocurre con los aeronáuticos donde ya estamos todos juntos los gremios que integramos el sector. Mire, en el acto del FSMN estuvieron los dirigentes de las dos CTA y hasta hace poco eso no parecía posible.