El presidente Mauricio Macri arribó ayer a Nueva York para participar de la Asamblea General de la ONU y mantener un contacto con Donald Trump, como parte de las negociaciones con el FMI. No se descarta un encuentro con la presidenta del FMI, Christine Lagarde, con quien sigue en plena renegociación del financiamiento. El viaje llegó en el momento justo para permitirle a Macri poner distancia con los crecientes conflictos que hay en la Argentina y que tendrán dos puntos altos con la marcha de las CTA de hoy y el paro general de la CGT de mañana. Desde el Gobierno intentarán darle la espalda a ese escenario y mostrar a Macri en una cartelera internacional. “Tenemos las mejores expectativas. Estamos contándoles a los americanos el buen futuro que tenemos los argentinos”, dijo ayer Macri, en una frase que sonó alejada de la recesión, de una desocupación que roza los dos dígitos y de la inflación más alta de la región.
Macri viajó para hablar en el 73 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero su visita a Estados Unidos estará mucho más signada por la negociación con el FMI, la desconfianza de Wall Street, la crisis económica y cambiaria en la Argentina. Además, forma parte de los intentos de Macri por remontar la caída en su imagen y hacer más creíbles sus chances de reelección. Además de ante el electorado argentino, Macri también busca volver a ser creíble ante los posibles inversores estadounidenses que dejaron de prestar fondos al Estado argentino (o se la ofrecieron a tasas altísimas). Por eso, hoy su agenda comenzará temprano con un desayuno en el diario Financial Times. Le seguirá un encuentro con el Grupo Bloomberg, que incluye tanto una entrevista como un almuerzo con empresarios inversores (Itaú, Blackrock, OPIC, Pimco, HSBC, Starwood, Blackstone y GIC). Macri continuará su gira en un evento del Council of The Américas y de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos. Continuará su agenda con la asistencia a la tradicional cena de recepción que organiza la presidencia de los Estados Unidos para los mandatarios que asisten a la ONU. Allí tendrá su primer encuentro informal con Trump.
Más tarde, ya de noche, Macri cerrará su día participando de un evento de la fundación Atlantic Council para recibir un premio en el Global Citizen Awards. Lo premiarán por su compromiso con el país y la situación económica, lo que ya despertó risas en las redes sociales argentinas.
Mañana por la mañana, Macri presenciará la Apertura del Debate General de la Asamblea General de Naciones Unidas. Tiene luego previsto un encuentro con otros mandatarios de Mercosur. Allí apuntalará dos temas que acompañan siempre a Macri en su agenda internacional: las denuncias contra Venezuela y el tratado de libre comercio que busca firmar con la Unión Europea.
Al mediodía, asistirá al almuerzo ofrecido por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, mientras que por la tarde le tocará dar su discurso en la asamblea general de la ONU.
Mientras Macri habla en la ONU, el país probablemente esté paralizado por el paro general más fuerte de su presidencia. En el Gobierno estimaban que es un alivio que el presidente se encuentre tan lejos y harán lo posible por sepultar la agenda nacional con una internacional. No se mostraron preocupados hasta ahora por que la imagen de Macri paseándose entre CEOS en pleno de conflicto social en la Argentina sea leída de otra forma.
Además, existe la posibilidad de que Macri se encuentre con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la francesa Christine Lagarde. El vocero del FMI, Gerry Rice, indicó: “No descarto que se reúnan, quizá no formalmente, pero no sería una sorpresa”.
Apenas llegó ayer, Macri dio una prueba de cuál será su discurso durante todo el viaje. “Estamos contándoles a los americanos el buen futuro que tenemos los argentinos. Tenemos las mejores expectativas”, dijo un sonriente Macri, con visibles marcas de cansancio, al salir con Juliana Awada del hotel The Langham, en la Quinta Avenida, donde ocupa una suite.
Según trascendió, Macri pasó allí un domingo relajado: vio el superclásico.
Hoy tendrá que preocuparse por convencer a los inversores de que le vuelvan a creer e inviertan en la obra de Participación Público Privada que, de momento, solo tiene financiamiento estatal.