Bill Cosby, de 81 años, fue sentenciado a entre tres y diez años en una prisión estatal por haber agredido sexualmente a Andrea Constand en su mansión de Filadelfia en 2004. Es la primera celebridad condenada tras el surgimiento del movimiento feminista #MeToo. Cosby fue hallado culpable de drogar y abusar sexualmente de Constand, una ex empleada de la Universidad de Temple, jugadora de básquet en la época en que ocurrieron los hechos que se denunciaron.
El juez Steven O’Neill, del estado de Pensilvania, determinó que el humorista, conocido como el “Padre de América”, por los papeles televisivos que le dieron fama masiva, es un “depredador sexualmente violento”, por lo que deberá someterse a asesoría obligatoria de por vida y a notificar a la comunidad sobre su paradero. “Sr. Cosby, éste fue un crimen grave. Ha llegado el día, ha llegado el momento”, dijo el juez del condado de Montgomery, O’Neill, tras leer el fallo ante el tribunal. El comediante declinó la oportunidad de hablar en la corte antes de conocer la sentencia. El juez además le ordenó pagar una multa de 25.000 dólares y las costas. El lunes, la fiscalía había pedido que se le dé entre cinco y 10 años de prisión efectiva, mientras que sus abogados solicitaron que se dejara sin efecto la acusación o arresto domiciliario debido a su avanzada edad.
Una psicóloga de la junta estatal de Pensilvania, Kristen Dudley, había testificado que los peritajes a Bill Cosby arrojaron que el actor tiene un “impulso incontrolable a violar a mujeres jóvenes y probablemente reincidiría si tuviera la oportunidad”. En su testimonio, Dudley además, señaló que la agresión sexual se ajusta a un largo patrón de comportamiento depredador por parte de la ex estrella de The Cosby Show, en referencia a las decenas de acusaciones por abusos y conducta inapropiada que se conocieron desde la catarata que iniciaran las denuncias contra el todopoderoso productor Harvey Weinstein.
Bill Cosby fue acusado por más de cincuenta mujeres. Cinco de ella declararon en el juicio, ya que la corte determinó que sus testimonios eran creíbles y relevantes. Constand debió declarar dos veces ante el jurado, ya que hace unos meses hubo un primer juicio que fue anulado porque el jurado no pudo arribar a un veredicto. Lo acusó de haberle dado pastillas “para que se sintiera cómoda y relajada” y de haberla violado cuando las pastillas le provocaron un estado de estupor que le impedía reaccionar y defenderse del ataque. El comediante, que cumplió 81 años en julio, mantuvo su declaración de inocencia e insistió en que su encuentro sexual con Constand fue consensuado. Sus abogados atacaron a Constand durante el segundo juicio y la acusaron de haberle tendido una trampa para sacarle una gran suma de dinero, ya que la mujer presentó una demanda civil contra Cosby luego de que los fiscales inicialmente declinaran formular cargos, y llegó a un acuerdo con él por casi 3,4 millones de dólares hace más de una década. Los abogados del actor ya anunciaron que están preparando la apelación y que pedirán, si es rechazada, la prisión domiciliaria en virtud de la avanzada edad del condenado.
La salida del juzgado de Cosby, cabizbajo, esposado, fue un símbolo poderoso de la caída de un mito. Cosby fue durante medio siglo un pilar de la cultura popular en Estados Unidos. El cómico afroamericano logró romper con las barreras raciales que dominaban Hollywood tras cerrar un acuerdo con la NBC para producir su propia serie. Representó así el puro sueño americano, pues se lo veía como la demostración de que con talento y esfuerzo se puede llegar muy alto, independientemente de la clase social y del color de la piel. Ayer no era más que otro ídolo con pies de barro.