¿Qué rol tiene la universidad en los procesos de desarrollo? ¿Cómo se articulan las funciones clásicas de la universidad con las políticas públicas y la mejora en la calidad de vida? ¿Qué papel puede jugar la educación superior en la promoción del desarrollo local y regional?
Siempre es fructífero y saludable el poder avanzar en ámbitos que propicien el interesante debate sobre la responsabilidad que, desde el punto de vista social y político, tiene la universidad para que los avances científicos y tecnológicos contribuyan al desarrollo en la búsqueda de mayores niveles de bienestar social.
Si durante las décadas de hegemonía neoliberal la educación superior adoptó en nuestro país y en la región una orientación más bien “universalista” y vinculada a las demandas del mercado, desde hace ya varios años la universidad ha venido adoptando una reflexión más autónoma en relación a las teorías y los enfoques provenientes de los países que configuran el centro del poder mundial, al mismo tiempo que busca aportar al desarrollo económico y social de la comunidad en la que está inserta.
A través de las funciones básicas de docencia, investigación y extensión consolidadas desde la reforma de 1918, la universidad puede sin dudas potenciar el desarrollo local y regional. Un aporte que, por cierto, no puede ni debe restringirse exclusivamente al desarrollo económico-productivo, sino que debe incluir también las dimensiones sociales, culturales y medioambientales.
El proceso de expansión territorial que experimentó el sistema universitario en los últimos años ha permitido avances significativos en esta cuestión. En particular, en varias jóvenes universidades nacionales del interior del país y el conurbano bonaerense la articulación con el desarrollo local, regional y territorial es incluso un aspecto central de su propio proyecto institucional y educativo.
En este contexto, muchas de estas instituciones de educación superior han venido aportado al diseño de planes estratégicos en diversas ciudades del país, procesos de coordinación y asociativismo intermunicipal, creación de agencias de desarrollo y polos tecnológicos locales y regionales, proyectos de cooperación internacional, incubadoras de empresas, asistencia técnica y capacitación a emprendedores, PyMES y pequeños productores, entre otras tantas iniciativas.
Potenciar las oportunidades
Argentina, tiene una oportunidad inmejorable para potenciar su capacidad productiva poniendo en valor lo mejor de cada una de las regiones del país. Sin lugar a dudas, en este objetivo la Universidad juega un papel fundamental tanto en la formación de los recursos humanos necesarios como a través de la investigación aplicada imprescindible para profundizar el perfil productivo regional.
Los arándanos o los limones en Tucumán, la yerba mate en Misiones y Corrientes, el turismo en el litoral atlántico, la agricultura y ganadería en la llanura pampeana, el litio en la puna jujeña, o la fruticultura en el alto valle de Río Negro y Neuquén, son sólo algunos de los ejemplos de las oportunidades que nos brinda la riqueza y diversidad de nuestro vasto territorio nacional, y cuyo mayor aprovechamiento está cada vez más presente en la agenda del sistema universitario.
En este sentido, se trata de fortalecer las cadenas de producción local y regional a partir del conocimiento y la tecnología aplicada que las universidades pueden aportar a procesos ya en curso, pero también de generar proyectos desde el sistema universitario para avanzar en nuevos desarrollos productivos allí donde la iniciativa comunitaria o privada pueda estar más rezagada.
Para visibilizar algunas de las valiosas experiencias en marcha, y a partir de ellas no sólo promover el debate en relación a una mayor articulación entre el sistema productivo y educación superior, sino también estimular que se repliquen en nuevos proyectos, desde Universidad analizamos algunos de los casos puestos en marcha por las Universidades Nacionales de Cuyo (UNCuyo), del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), de Hurlingham (UNAHUR) y del Litoral (UNL).
UNCUYO: Parques industriales y turismo en Mendoza
La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) anunció recientemente el financiamiento de treinta y tres proyectos que vinculan la universidad con el territorio provincial.
El área de Desarrollo Territorial de la Universidad financia estas iniciativas que favorecen a distintos lugares de la provincia, con aportes de hasta 60.000 pesos por proyecto. Este espacio tiene el objetivo de fortalecer la presencia de la academia en el territorio para promover una sociedad más equitativa y sustentable.
Las temáticas que se abordan son: desarrollo turístico, patrimonial y cultural; impacto en la salud y bienestar de la población (políticas sanitarias); socio-artísticos y arquitectónicos, de iniciativa social y ayuda a colectivos vulnerables; impacto ambiental (recursos naturales y defensa del medio ambiente); innovación tecnológica; capacitación, concientización y aprendizaje; y desarrollo productivo regional y rural.
“Análisis de la estructura productiva del Parque Industrial de Las Heras Eje Norte” es una de las iniciativas que pertenece al tema “Desarrollo productivo regional y rural”, que realiza el relevamiento y el diagnóstico de la situación de los Parques Industriales de ese Departamento y también se capacita al personal involucrado en áreas productivas.
Asimismo, en Tupungato se desarrolla el proyecto “Memoria material de Tupungato Antiguo: La colección arqueológica ‘Juan Semper’ de la Universidad a la comunidad” que pertenece al área Desarrollo Turístico, patrimonial y cultural, que busca poner en contacto a los tupungatinos con la cultura e historia precolombina del Departamento. Lo hace a través de una muestra arqueológica de piezas del Museo de la Facultad de Filosofía y Letras, “Prof. Salvador Canals Frau” que, por primera vez, salen del Campus Universitario.
UNICEN: 6000 toneladas anuales de queso.
La Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y el Cluster Quesero de Tandil, con el acompañamiento de los Ministerios de Agroindustria y Producción de la Nación, inauguraron a finales de 2017 el Laboratorio de Calidad de la Leche que benefició a todos los integrantes de la cadena productiva de la región, y que es parte de la Red Argentina de Laboratorios Lácteos de Calidad Asegurada (REDELAC).
Además de la participación de la universidad, el Cluster Quesero, que genera un total de 6000 toneladas anuales de queso, está integrado por 28 pequeñas empresas del sudeste de la provincia de Buenos Aires y 19 organizaciones públicas y privadas.
Desde la Facultad, que dio el puntapié inicial del proyecto, se impulsarán acciones para proveer de soluciones tecnológicas a los productores del área, y dar respuesta a algunas de las problemáticas comunes del sector.
A su vez, desde el Cluster brindarán, entre otras cosas, espacios para que dichas innovaciones puedan ser testeadas en el territorio por los propios estudiantes.
UNAHUR: Producción de especies vegetales
La Universidad Nacional de Hurlingham lanzó en agosto de este año la Biofábrica, un laboratorio de micropropagación in vitro de especies vegetales que estará destinado a tareas de docencia, investigación y extensión universitaria.
Desde allí se producirán, en forma segura y limpia, miles de copias de una planta para utilizarlas con fines productivos o ambientales.
En la inauguración, el rector de la UNAHUR, Jaime Perczyk, explicó que en la Biofábrica UNAHUR se podrán “fotocopiar plantas, árboles, vegetales”. De esta forma “si uno quiere desarrollar un árbol para arbolado urbano, elige el mejor, el que echa mejores raíces, el que no rompe los caños, el que tiene las mejores flores y crece más rápido. Otro caso podrá ser: si uno quiere buscar un árbol resistente al virus de una región equis, lo que se puede hacer entonces es reproducir un ejemplar que encontró que es resistente a esa plaga, permitiendo así reproducir árboles o plantas sanas”.
Al día de hoy, las Biofábricas de este tipo han trabajado con éxito en lo que respecta a especies forestales, frutas tropicales, agroindustriales, aromáticas y ornamentales.
UNL: Innovación, desarrollo tecnológico y formación de recursos humanos
La Universidad Nacional del Litoral (UNL), a través de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), y Biotecnofé S.A. firmaron un acuerdo para impulsar nuevas tecnologías, procesos y productos de interés terapéutico y diagnóstico para uso animal, cuyos resultados serán transferidos al mercado.
La iniciativa, realizada en el Laboratorio de Desarrollos Biotecnológicos, posee ventajas frente a la tecnología existente, por un lado, desde una óptica bioética, esta tecnología reemplaza el uso de animales, lo que constituye un avance para colaborar con un menor impacto ambiental. Por otro lado, desde una óptica técnica, esta tecnología constituye una plataforma innovadora que permite obtener un producto estandarizado, con elevada consistencia y reproducibilidad entre lotes, libre de contaminantes presentes en el plasma de animales y, así más seguro desde el punto de vista sanitario.
Se trata de innovaciones que por sus características provocan un salto tecnológico y consiguientemente, la posibilidad de contar con productos de nueva generación en el mercado veterinario nacional e internacional.
El desafío de la mirada regional.
Sin embargo, más allá de estos y otros avances y experiencias que merecen destacarse, aún queda mucho camino por recorrer.
Si bien hoy es inconcebible pensar una política de desarrollo regional sin la participación de un actor relevante como la universidad, el desafío para la educación superior pasa por abrazar decididamente una mirada regional que permita articular sus potencialidades con las demandas de la comunidad en la búsqueda de una mejor calidad de vida para los habitantes de la región en la que está inmersa.
Y ello implica una universidad en diálogo permanente no sólo con los estados locales o provinciales sino también con las organizaciones de la sociedad civil y las empresas locales, contribuyendo a poner el conocimiento, la investigación, la reflexión académica y el pensamiento crítico al servicio de la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos sus habitantes.
Una universidad más territorializada, que debe posicionarse activamente en relación al contexto político, social y cultural de su región, y convertirse en protagonista de los procesos de desarrollo a través de la producción de conocimiento pertinente e investigación aplicada con impacto social.
Para explotar las potencialidades y encarar los desafíos que trae aparejada la mirada regional, será sin dudas necesario trabajar con nuevos enfoques en la formación y el aprendizaje; en la cooperación interinstitucional y procesos de integración; en la calidad y la pertinencia del conocimiento científico y la investigación; en la extensión universitaria con vocación inclusiva; entre tantos otros retos que pueden coadyuvar a que la universidad pública se convierta decididamente en un actor clave para el desarrollo sostenible, el crecimiento económico con inclusión social y la mejora de la calidad de vida para todos.
En definitiva, de lo que se trata es de liberar las energías contenidas y plasmar las potencialidades de la universidad en un trabajo conjunto con la comunidad de tal forma que el conocimiento científico, tecnológico, cultural, artístico y humanístico pueda no sólo alcanzar a los diferentes sectores sociales sino fundamentalmente tener un impacto positivo para su región en materia de crecimiento económico con inclusión social.