Sacerdotes de distintas barriadas populares de la ciudad expresaron ayer su solidaridad con Juan Pablo Núñez, el párroco de la iglesia María Reina que días atrás fue blanco de un ataque a tiros. El cura había denunciado a narcos que regentean un bunker de droga en la zona. “No podemos dejar de exigirle al Estado, seguridad y justicia. Sabemos que esto no se logra atacando los eslabones más débiles del sistema delictivo, que con frecuencia son víctimas y no responsables, sino yendo a la raíz misma del problema, es decir, a las organizaciones que sustentan este sistema de muerte”, señaló Claudio Castricone durante el mediodía de ayer en la parroquia.

Los quince religiosos se hicieron presentes en la iglesia de México al 1000 bis, en barrio Larrea, y leyeron el comunicado titulado "Felices los que trabajan por la paz", en el que manifestaron su preocupación por lo ocurrido en la parroquia, cuya fachada fue baleada el domingo por la madrugada. Las balas alcanzaron las puertas del Colegio Paulo VI.

En el texto que leyó Fabian Belay -de la Pastoral Social sobre Drogadependencia- advierten que "la violencia se ha apoderado de nuestros barrios y nos hace vivir a chicos y grandes en estado de alerta permanente a raíz de tiroteos, enfrentamientos, amenazas y robos", potenciado "por la creciente tenencia de armas que se ha vuelto masiva en los domicilios y en las calles”.

El cura salesiano Julio Boffeli dijo que "esto no se logra atacando los eslabones más débiles del sistema delictivo, que con frecuencia son víctimas y no responsables" e instó "ir a la raíz del problema, a las organizaciones que sustentan este sistema de muerte".