Desde Ciudad de México
Al cumplirse cuatro años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunió con los padres de los estudiantes y se comprometió a crear una Comisión de la Verdad. Además, emitirá un decreto el próximo 1 de diciembre, que asegure la cooperación de la Administración Pública Federal en la investigación. Como tercer compromiso, aseguró que su gobierno pedirá ayuda a organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), y el Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI) para resolver el caso.
Luego de dos horas y media de reunión, Obrador asumió los tres compromisos y los familiares se mostraron esperanzados. “Hasta el día de hoy, el esclarecimiento de la verdad había sido un obstáculo. Sin embargo, en la reunión Obrador hizo tres propuestas y dio instrucciones muy precisas. Su posición me pareció muy acertada. A pesar de que digan que crear una Comisión no es legal, vamos a hacer todo lo posible por saber la verdad. Hoy sí tenemos esperanzas”, afirmó el tío de Julio César Mongradón Fontes, estudiante de la escuela rural de Ayotzinapa, cuyo cuerpo encontraron a 400 metros del C4, un centro de organización y control donde se realizan actividades de inteligencia. Julio César llevaba dos meses en la Normal de Ayotzinapa cuando lo mataron la noche del 26 de septiembre de 2014. Sus tíos y sus abuelos también habían asistido a la misma escuela rural. “Julio tenía ese sueño, esa ilusión de perseguir los pasos de la familia, donde la mayoría son profesores normales rurales”, relató su hermano Leni mientras esperaba la llegada de los demás familiares al monumento del Ángel de la Independencia. “Mi hermano quería contribuir al país, era muy inquieto y muy crítico. Le molestaban muchos las injusticias” recordó Leni.
Hace cuatro años, 43 estudiantes de la escuela rural se dirigían en colectivo a Iguala, en la provincia de Guerrero, para recaudar fondos y asistir a la movilización que recuerda a los estudiantes asesinados en Tlatelolco en 1968. La versión oficial que ofreció el gobierno de Enrique Peña Nieto, afirma que los jóvenes habían sido atacados y detenidos por policial municipales y luego entregados al cártel criminal de Guerreros Unidos, quienes los habrían incinerado en la ciudad contigua de Cocula. Sin embargo hasta la fecha no encontraron sus restos, ni hubo responsables. No obstante, la participación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), fue importante en la investigación de los hechos, debido a que demostraron irregularidades en la investigación oficial. Los investigadores acusaron al gobierno de obstruir el trabajo de los profesionales.
En la tarde de ayer, cientos de universitarios, organizaciones sociales y personas no agrupadas se fueron acercando al monumento al Angel, para luego dirigirse a la plaza del Zócalo. Envueltos en banderas que exigían la aparición de los desaparecidos, los estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en una pequeña intervención, recordaron a los normalistas. “Ayotzinapa representa toda la violencia que ha vivido el país, una vez comenzada la guerra contra el narcotráfico” aseveró Elsa Violante, joven estudiante de Humanidades de la UAM. Sentados en las escalinatas del monumento exigieron a gritos, justicia por los desaparecidos. “Somos jóvenes y nos están matando”, denunció Elsa, entre lágrimas y agregó que para ella, el caso Ayotzinapa cambió su relación con la política. “Antes yo no me metía mucho en política, pero a los pocos meses de entrar a la universidad sucedió esta tragedia y ahí empezó una lucha”, recordó.
Minutos antes de la llegada de los familiares de los desaparecidos, representantes de la organización Iglesias por la Paz, comenzaron los preparativos de la misa alusiva. “Pedimos verdad y justicia por los 43 desaparecidos. Antes que el perdón hay que saber a quién perdonar y de qué se lo va a perdonar”, afirmó el Fray Julián Cruzalta, líder del movimiento de católicos por el derecho a decidir. Mientras iba a recibiendo a familiares de las víctimas, Cruzalta no soltaba su pancarta que ilustraba a una monja pidiendo justicia. “Las iglesias no podemos permanecer calladas, tenemos que pedir justicia y encontrar la verdad”, afirmó el Fray.
Entre abrazos y lágrimas, fueron bajando en fila del monumento, las madres y padres de los normalistas que se dirigieron a la casa de gobierno. “Hace cuatro años no ha habido respuesta del Estado. Pero hoy, luego de reunirnos con Obrador, nos sentimos contentos y creemos que va a haber avances en el nuevo gobierno”, afirmó esperanzada la madre de Giovani Rodríguez, desaparecido el 26 de septiembre de 2014.
Informe: Sofía Solari.