En todas las encuestas de esta semana, incluidas las dos de Ibope para Rede Globo, por primera vez Haddad supera a Bolsonaro en la segunda vuelta, con ventajas que van de cuatro a ocho puntos. Lo que complementa ese cuadro es el nivel de rechazo de Bolsonaro, cerca de 15 puntos arriba del de Haddad, un índice fundamental para la segunda vuelta, cuando el voto sería para uno u otro. Se confirma entonces la tendencia que se había dibujado desde que Lula, hace menos de dos semanas, lanzó a Haddad como su candidato. El favoritismo de Haddad en las encuestas se basa también en su tendencia en alza, conforme va incorporando a los electores de Lula, que lo identifican como el representante del expresidente
Por demanda de una entidad empresarial –esto es, lo que los medios llaman de “el mercado”– una institución de la Universidad de San Pablo definió que Haddad tiene 99,4 por ciento de posibilidades de ser elegido presidente de Brasil. Un columnista del diario Folha de Sao Paulo escribió que el mercado ya considera la elección del candidato del Partido de los Trabajadores (PT) como una realidad irreversible. El dólar ha bajado, la Bolsa de Valores ha subido, como si se tratara de una tendencia ya asimilada por el mercado.
Desde que Haddad se lanzó como el candidato de Lula, el panorama electoral ganó nuevos contornos. Haddad tuvo que salir de índices bajos, mientras Bolsonaro asumía el liderazgo de las encuestas. En los medios, las especulaciones estaban a la orden del día: desde que Bolsonaro, víctima de un extraño atentado, podría ganar en primer vuelta, hasta que Ciro Gomes podría disputar con él la segunda vuelta, dejando afuera al candidato petista de Lula.
Pero mientras tanto Haddad hacía una notable campaña de masas, viajando por todo Brasil varias veces, con manifestaciones populares dignas de las de Lula, como representante del ex-presidente. Las imágenes, censuradas por los grandes medios, circulaban rápidamente por los medios alternativos. Haddad asumió un discurso basado en el programa elaborado directamente por él y por Lula, que fue cautivando rápidamente al pueblo, de profundas e inmediatas reformas como la bancaria, la tributaria y la de los medios, sumada a la cancelación de las leyes aprobadas por el gobierno de Temer.
Haddad ya había superado reservas que había sobre él en el PT, con un desempeño irreprochable en las entrevistas públicas, en los discursos y en los debates. Fue también conquistando a los movimientos sociales y a la opinión pública, con serenidad, firmeza y competencia, proyectando una figura de estadista.
El fin de semana pasado Haddad protagonizó las escenas más espectaculares de la campaña, hasta aquí, en el nordeste, en particular en Pernambuco, la provincia donde nació Lula, con cientos de miles de personas por las calles. Un viaje que no tuvo todavía tiempo de reflejarse en las encuestas, pero que va a garantizarle el piso de votos del PT en la región, que siempre está por encima del 70 por ciento en la segunda vuelta.
En todas las provincias del nordeste los candidatos del PT o apoyados por el PT lideran en las encuestas, ganando en primera vuelta, consolidando a esa región como la mas roja de Brasil. La región de donde salió Lula y que fue la que más cambios tuvo en los gobiernos del PT.
A poco más de una semana de la primera vuelta, el escenario electoral se va aclarando. Las encuestas siguen dando que Bolsonaro lidera la primera vuelta, con Haddad cada vez más cerca del puntero y más distanciado de Ciro Gomes, proyectando una segunda vuelta entre Bolsonaro y Haddad.
Mientas tanto, se fue difundiendo por todo el país la campaña #El No. El es Bolsonaro, que con sus brutales declaraciones fue generando reacciones de los mas diversos sectores de la sociedad, pero especialmente de las mujeres, entre quienes tiene un altísimo nivel de rechazo. Un manifiesto de las mujeres rápidamente alcanzó tres millones de adhesiones, hasta que la misma campana de Bolsonaro invadió la página, causando aún más rechazo. El próximo sábado tendrá lugar en todo Brasil una de las más grandes manifestaciones de toda la campana, unificada por el rechazo a Bolsonaro.
La idea de que Brasil pueda revertir la grave derrota que sacó a Dilma de la presidencia y llevó a Lula a ser arrestado, se impone al país, se va volviendo realidad. Se acerca la increíble situación de que Lula, preso y condenado en un proceso sin pruebas, después de liderar todas las encuestas, no pueda ser candidato, pero indique a su ex-ministro de educación y que elijan a su candidato presidente de Brasil.
Y Haddad, hijo de inmigrantes libaneses, que trabajó durante 10 años en el comercio de su padre, egresado de cursos de derecho y economía, con un posgrado en ciencia política y filosofía - en el que fue mi alumno - esté cerca de la presidencia de Brasil. Se mantiene tranquilo, absolutamente fiel a Lula, a quien visita varias veces a la semana, confiando que su victoria será también el marco que permitirá liberar a Lula y tenerlo a su lado en la reconstrucción de Brasil.