A los 83 años decidió dar un giro a su vida, consciente de que este será el último tramo. Así, el ex presidente uruguayo José   “Pepe” Mujica renunció a su banca en el Senado para dedicarse a su chacra de Rincón del Cerro. Dejó el cargo pero no la política, que la lleva en la sangre y en la historia. No la dejó después de doce años de confinamiento durante la dictadura uruguaya; ahora la abordará desde otros canales, por fuera del aparato del Estado. En su nuevo número, que estará mañana en los kioscos opcional con PáginaI12, Caras y Caretas homenajea al Pepe en esto que parece el adiós improbable de un líder que supo cautivar a propios y ajenos.

Mujica estuvo en Buenos Aires durante septiembre para asistir al estreno de La noche de 12 años, de Álvaro Brechner, película que reconstruye su cautiverio en condiciones infrahumanas durante la dictadura uruguaya. Caras y Caretas logró interceptarlo: el Pepe conversó con Fernando Amato, y el resultado fue una entrevista de tono intimista donde el histórico dirigente habló de su vida, de sus perspectivas, del presente y, por supuesto, de política.

En su editorial, María Seoane recuerda cuando tuvo acceso a las Actas Tupamaras, “donde se contaba la fuga de más de cien guerrilleros del Penal de Punta Carretas rodeada de detalles épicos”. “La pasión con la que clandestinamente leímos ese texto era comparable a devorar la mejor novela épica de todos los tiempos.”

Felipe Pigna, en tanto, destaca la excepcionalidad del personaje. “Sí, Mujica es diferente. Ante todo, es lo contrario de la antipolítica”, dice.

Isidoro Gilbert hace un racconto de los hechos políticos, económicos y sociales que ocurrieron en el mundo durante los doce años de encierro de Mujica. Nilda Garré destaca al Pepe como uno de los grandes defensores de la integración regional en estos momentos tan críticos.

Roxana Sandá escribe sobre Lucía Topolansky, compañera del Pepe en la política y en el amor, hoy vicepresidenta de Uruguay. “La relación con Mujica comenzó en 1972, y a los pocos meses cayeron presos por separado. Ella pasó trece años en Punta de Rieles y él once en Punta Carretas, sometidos a torturas y aislamiento, hasta 1985, con el retorno de la democracia y la amnistía. Se sabían de memoria las cartas que se escribieron durante los años de encierro.” 

Nicolás Trotta, por su parte, retrata la emergencia de los líderes latinoamericanos de los años 2000, que protagonizaron un verdadero giro a la centroizquierda y la versión más acabada de la Patria grande. “Hugo Chávez asume la presidencia de la injusta Venezuela en enero de 1999. En Brasil, en 2002, el sindicalista de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva resulta triunfante en su cuarto intento presidencial. Un ignoto gobernador de una provincia patagónica argentina, Néstor Kirchner, toma posesión de la presidencia luego de que Carlos Menem se retirara del balotaje. Chávez, Lula y Kirchner despliegan una nueva mirada continental e inician un tiempo de esperanza, sin precedentes en nuestra historia contemporánea.”

Telma Luzzani habla del presente de persecución que viven muchos de esos líderes, bajo la forma del lawfare. Se define como “abuso de la ley con fines políticos. Se trata de un nuevo campo de ensayo en Sudamérica que podría ser utilizado luego en otras partes del mundo”, explica. Mariano Beldyk hace un balance de la administración de gobierno del Pepe Mujica, que introdujo muchos avances en lo social, pero dejó algunas cuentas pendientes. Y Fabián Kovacic destaca la gestión en materia de Cultura y Educación, que fue modelo para Uruguay.

Damián Fresolone escribe sobre los años de encierro del Pepe, junto con sus compañeros Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof, y sobre la película de Brechner, que relata y reconstruye el episodio. Luis Faraoni cuenta la historia del Movimiento de Liberación Nacional–Tupamaros y su derrotero de las armas a las urnas. Y Ricardo Ragendorfer reconstruye la histórica fuga de Punta Carretas, cuando más de cien tupamaros se escaparon de ese penal en 1971.

La nueva edición se completa con entrevistas con Jorge Taiana (por Virginia Poblet), Víctor Hugo Morales (por Amato) y Mauricio Rosencof (por Fresolone): Un número imprescindible, con las ilustraciones y los diseños artesanales que caracterizan a Caras y Caretas desde su fundación a fines del siglo XIX hasta la modernidad del siglo XXI.