El Banco Central inauguró ayer su nueva política monetaria ultra contractiva. Subió las tasas de Leliq (letras de corto plazo para los bancos) del 60 al 65 por ciento para empezar a absorber liquidez del mercado. La intención oficial es que la emisión monetaria sea del cero por ciento hasta junio, con algunas flexibilizaciones estacionales puntuales. La entidad difundió un comunicado en el que dio nuevas precisiones técnicas sobre su estrategia. El mercado por ahora no cree que el nuevo programa monetario y financiero sea viable. El tipo de cambio volvió a anotar fuertes subas, el riesgo país aumentó más de 3 por ciento y algunas acciones de bancos argentinos perdieron casi 8 por ciento en Nueva York (ver aparte).
“El comité de política monetaria resolvió comenzar en el día de la fecha (por ayer) la implementación del nuevo marco de política monetaria anunciado el miércoles 26 de septiembre pasado. El Banco Central se compromete a que el promedio mensual de la base registre un crecimiento nulo a partir de octubre de 2018 y hasta junio de 2019”, apuntó el Central. La entidad detalló que “el objetivo de la base monetaria se ajustará con la estacionalidad de diciembre, cuando se incrementa la demanda de dinero. Esto se debe a que no descontar este factor resultaría en una contracción de circulante excesiva. La meta será instrumentada mediante operaciones diarias de Leliq con las entidades financieras”. El stock de estas letras alcanzó esta semana 450 mil millones de pesos. La cifra ya supera la deuda en Lebac, que se ubica en los 340 mil millones de pesos.
La entidad a cargo de Guido Sandleris inició una carrera contra las expectativas muy parecida a la de Federico Sturzenegger. El ex presidente del Central aseguraba que iba a cumplir con la meta de inflación, pero nunca lo consiguió. El nuevo titular de la entidad asegura ahora que no romperá su objetivo de emisión cero. Los inversores locales y externos parecen no creerle.
El comunicado de la autoridad monetaria dio algunas precisiones sobre cómo definirá la tasa de interés. “La tasa de política monetaria pasa a ser definida como la tasa promedio de las operaciones con Leliq y se computará en forma diaria”. Hasta ahora la forma de definirse era inversa. El Central fijaba el precio y los bancos tomaban decisiones en base a ese precio de invertir o no en las letras. “La cantidad de dinero se establece de forma exógena. Por ello la tasa de política monetaria será determinada por la oferta y la demanda de liquidez, y será la necesaria para cumplir con el compromiso de crecimiento nulo de la base”, indicó. Más allá de esto, la entidad sostuvo que “se compromete a no permitir que la tasa de política diaria se ubique por debajo del 60 por ciento anual hasta diciembre de 2018, respetando lo asumido bajo el esquema monetario previo”.
El Central no sólo detalló cómo pretende cumplir el objetivo de base monetaria sino que se concentró en el nuevo esquema de bandas cambiarias. “La zona de no intervención cambiaria se define inicialmente desde el primero de octubre entre los 34 y 44 pesos por dólar y se ajustará diariamente a una tasa del 3 por ciento mensual hasta el final de año”, mencionó. Se agregó que la mesa de dinero del organismo permitirá la libre flotación de la cotización en esa zona de no intervención. “En el caso que el tipo de cambio se encuentre por encima del techo, se realizarán ventas diarias de moneda extranjera por hasta 150 millones de dólares. Estas ventas generarán una contracción adicional de la base monetaria que tenderá a corregir la depreciación excesiva de la moneda”, se afirma en el comunicado. Este punto fue uno de los más criticados del programa. La intervención con 150 millones de dólares diarios no es suficiente para frenar corridas y el precio del dólar podría superar con facilidad el máximo de la banda en un escenario de corrida cambiaria.
En el Central se animaron a dar el caso inverso, en el cual el tipo de cambio baja del piso de la banda, es decir de 34 pesos. Es un escenario poco probable pero igualmente lo incorporaron al comunicado de política monetaria. “En el caso de que el tipo de cambio se encuentre por debajo de la zona de no intervención, se podrá comprar moneda extranjera y definir si retirar o no los pesos con los que se realizan estas compras. Sólo ante esta señal de aumento de la demanda de dinero, el Banco Central puede aumentar la base monetaria por encima de la meta de 0 por ciento de crecimiento, lo que se hará con el respaldo del incremento de reservas”. Es lo mismo que en la convertibilidad. La autoridad monetaria sólo podía emitir nuevos pesos si se acumulaban dólares frescos en las reservas (todo peso circulante estaba respaldado).