Mientras las Mujeres del Folklore entonaban unas coplas sobre el escenario móvil al pie del degradado Ministerio de Salud, en el que minutos antes las Actrices Argentinas leyeron un documento en el día de la lucha por el aborto legal en América Latina, el canto se fue anudando bajo el cielo plomizo con las consignas de la marea verde que llegaba marchando desde el Congreso por la 9 de Julio, al grito de “ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer” y “aborto legal, en el hospital”. Tras el encuentro entre la manifestación y las artivistas y actrices que hicieron un pequeño acto para denunciar el vaciamiento de la cartera de Salud, las miles de voces continuaron hacia Plaza de Mayo, para el cierre de la jornada a micrófono abierto.

Minutos antes, en el escenario montado en la caja de un camión, en las puertas del ex Ministerio de Salud, sobre la calle Moreno, el grupo de actrices que reúne a más de 400 artistas sostuvo que “decidir sobre la maternidad y nuestros cuerpos es un derecho que debe ser garantizado por el Estado”, le apuntaron a los paleolegisladores que “se aferraron a creencias personales y a sus ‘convicciones religiosas’ (o al lobby eclesiástico), mientras se negaban a aceptar argumentos científicos, legales, históricos y estadísticos contundentes a la hora de demostrar que el aborto clandestino es un hecho que produce muertes y mutilaciones y, por ello, demanda una solución estatal urgente”. Señalaron a “la Iglesia Católica Apostólica Romana y las iglesias evangélicas” que presionaron en todos los ámbitos; y dando sentido al lugar elegido para el acto remarcaron que la devaluación del Ministerio a Secretaría de Salud ocasiona “que muchos programas y políticas de salud pública se eliminen o no obtengan el presupuesto necesario para su funcionamiento. Y en un contexto donde la clandestinidad del aborto es la principal causa de mortalidad materna, nos conduce a luchar con más ímpetu que antes”. Por eso, convocaron a la marcha federal en defensa de la salud pública el 4 de octubre.

La actividad artística en torno al edificio de la cartera sanitaria comenzó alrededor de las cinco, en una tarde gris al que las mujeres fueron llenando de verde, mientras desde los parlantes del camión la voz de  

Ana Tijoux cantaba “no voy a ser la que obedece/Porque mi cuerpo me pertenece/Yo decido de mi tiempo/Como quiero y donde quiero”.

Al costado del escenario, la escena se fue armando con chicas que se pintaban el pelo, los labios y la cara con brillantina verde, el color que ninguna dejaba de portar en pañuelos anudados al cuello, la muñeca, el bolso o la cabeza. Y encolumnadas detrás de un lenguaje común que puso al patriarcado de cabeza, al machismo contra las cuerdas y dejó expuesto el ADN falocrático del Estado. Arriba, en el centro de la plataforma, un pequeño dinosaurio verde, símbolo de los antiderechos, luchaba por mantenerse en pie ante el ajetreo de los sonidistas.

Al frente, en círculo, las chicas de Ate le ponían los primeros ritmos a la tarde coreando “las trabajadoras hoy venimos a luchar/ en contra del ajuste y la desigualdad/ queremos que el aborto sea seguro y legal/ para que las pibas no mueran nunca más”, y “ole, ole, ole ola/ no sos provida/ni vas a ser/ te da lo mismo que se muera otra mujer”.

Después sí, la calle tembló al ritmo de las Batuka, más de veinte tamboras que paradas delante del escenario hicieron sonar sus instrumentos hasta hacer que el ruido del tránsito de la avenida 9 de Julio, hasta ese momento normal, pareciera un leve rumor de fondo. 

Sobre la plazoleta, mientras esperaba que llegaran el restos de las actrices para la lectura del documento, Marina Glezer dijo a PáginaI12 que “vamos a seguir exigiendo nuestros derechos. Desde Actrices Argentinas estamos muy unidas por esta causa y no vamos a parar hasta que sea ley”, y remarcó que “el Ministerio ha bajado su rango y jerarquía, y eso encierra recortes en programas que venían ayudando a las mujeres, y hay que visibilizarlo”.

En el mismo sentido, Ornella, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, explicó que “elegimos que la marcha pasara por el Ministerio, porque en esta coyuntura social, política y económica es un espacio a defender colectivamente, vinculado a lo que consideramos una de las deudas más grandes de la democracia con la salud de las mujeres y las personas con capacidad de gestar que es del derecho al aborto legal seguro y gratuito”. 

Y como para dejar en claro que acá nadie abandona ni resigna espacios, la integrante del movimiento de mujeres, que no entiende de fracasos y que continúa poniendo el cuerpo y la garganta detrás de los reclamos, dijo que “las calles son nuestro espacio de lucha, de resistencia, de creación activa. Logramos la despenalización social del aborto y vamos a seguir en las calles cuando sea legal para garantizarlo”.

Un rato después, cuando desde el escenario las copleras proclamaban que el folklore feminista arda hasta que el aborto sea ley, las coplas convocaban una marea de sororas que respondían “ahora que estamos juntas...”