“Hay tres maneras de ganar al póker, hijo, me sabía decir mi abuelo en los años de su vejez. Con mucho resto, sabiendo jugar muy bien, o con las cartas marcadas. Pero el resto, por grande que sea, siempre termina por acabarse. Y por muy bien que uno juegue, siempre hay algún otro en este ancho mundo capaz de jugar mejor. Por lo tanto, el método más seguro es marcar las cartas.” 
Cicatrices. Juan José Saer

 

Equipo que gana no se cambia, enseña la ciencia futbolera que, a contrario sensu, describe cómo está jugando el Dream team macrista. Luis Caputo hizo papelón en la mesa de dinero del Banco Central (BCRA), anunció su salida en un momento disfuncional,durante la gira del presidente Mauricio Macri en la Madre Patria. Melló la credibilidad del Gobierno. A “Toto”le faltaron calidad y garra, espíritu de cuerpo. Eso sí: embolsó buena moneda para el patrimonio personal.

El presidente Mauricio Macri metió algunos goles en contra… cada vez que habló. Las zalamerías a Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) constituyeron una agachada innecesaria, una sobreactuación de dependencia.

Irradió depresión en la escueta “conferencia de prensa” del jueves, en verdad un monólogo monocorde

Anunció que piensa terminar su mandato. Sobreabunda y hace sospechar que sombras de otras hipótesis sobrevuelan la casa Rosada. 

Las declaraciones de amor a Lagarde y las menciones a las tormentas trasuntan pérdida de conciencia y de rumbo. Fallas políticas y discursivas que serían reparables u olvidables en semanas si no derivaran de problemas de fondo. 

El aumento de la pobreza fue la mala nueva semanal que, como tantas, solo pone número a lo que cualquiera ve. 

El nuevo presidente del BCRA, Guido Sandleris, presencia desde su despacho como el dólar supera la cotización prevista para diciembre del año próximo.

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Una sucursal del FMI: No hay razones para defender a rajatabla la supuesta autonomía del BCRA. Es una coraza inventada por la derecha económica para restar poder de decisión a los gobernantes, votados por la ciudadanía.

La entelequia esconde que “la plata del Banco Central” fue acumulada por los argentinos, no cayó del cielo ni fue obtenida por tecnócratas. La infausta “novedad” de la etapa es que ahora el Central cede su opinable autonomía al FMI en detrimento de los representantes del pueblo. Sandleris llega como delegado con el libreto escrito. 

Los especialistas con sentido común explican que el límite diario que se le concede para intervenir contra la suba del dólar lo deja inerme frente a los especuladores con espalda más ancha.

 Este cronista es profano en la ciencia financiera pero en materia de timba tiene un buen secundario completo. Con ese bagaje sugiere una comparación con el póker, donde se arriesga plata y se hace bluff. Si un tahúr sabe cuánto resto tiene la banca, qué movidas le están vedadas y cuáles está habilitada a hacer goza de inmejorables posibilidades para ganar.

El macrismo sigue sosteniendo que las corridas del dólar obedecen a una sola causa; la desconfianza (o como se la llame) que provoca el “vuelo hacia la calidad”, magra licencia poética para designar a la fuga de capitales. Pero hay otro factor que es la especulación con la que ha medrado, entre tantos, la no gloriosa JP Morgan. 

Si Sandleris pretendiera, aunque sea, un empate digno contra los embates de “los mercados” debería repasar lo ocurrido meses atrás cuando se consumó “la madre de todas las corridas”. En pocas horas los grandes jugadores compraron centenares de millones de dólares a precio de ganga forzando una suba tremenda. Después revendieron o se pasaron a Lebac. Ese circuito sigue abierto, con variantes nimias. La enseñanza del personaje de Saer citado en el epígrafe ilumina más que la sanata de los gurúes financieros.

Difícil que Sandleris se empeñe en combatir la especulación porque entre bueyes no hay cornadas y porque dicho interés público contradice el motivo de su nombramiento en comisión. La Argentina se sostiene como país bici-friendly.

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La calle no miente: Hasta la narrativa oficialista se rinde ante la evidencia: pan a precio de oro ahora, hambre para hoy y mañana. Las especulaciones acerca del “sendero de crecimiento”, “la lluvia de inversiones”, “el derrame” quedan para un futuro remoto e incierto. 

Enfrascados en la City, los cerebros del oficialismo niegan los mensajes del mundo real. Creciente cantidad de personas en situación de calle, aumento de la mendicidad y de la indigencia, negocios con cortinas bajas donde hace poco se agolpaban compradores. Y los cuerpos de los manifestantes en ciudades o pueblos reclamando por trabajo, baja de tarifas, presupuestos no ridículos para educación y salud o una ristra de demandas básicas e insatisfechas.

Los funcionarios solo miran en la columna de gastos y recortan de modo alocado, a menudo cruel.

Los costos humanos y colectivos del ajuste son patentes, van in crescendo. Las alusiones a la virtual pérdida que produjo el paro subrayan la frivolidad del oficialismo. Los pasitos de baile del presidente corroboran la lectura. El Gobierno trajo inflación, pobreza, recesión, desempleo. Las cifras superarán los tenebrosos datos actuales.

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Vidas paralelas: Los administrados padecen, los funcionarios se enriquecieron personalmente. La Sociedad Rural medra, los laburantes de la agricultura familiar están con el agua al cuello, la gran banca se va para arriba, las industrias textil y metalúrgica caen a pique. Si a usted le parece que la realidad imita a un panfleto no culpe a quien se la cuenta.

El doble standard de rendimiento reconoce una excepción: el ala judicial de Cambiemos. Comodoro Py proporciona buenas nuevas al macrismo en medio de la tormenta que hace zozobrar el Titanic.

La causa originada en las fotocopias agrega novedades, algunos títulos gratificantes en los medios. 

De cualquier modo, las citaciones al número uno de Techint, Paolo Rocca, y al empresario predilecto-socio de Macri, Marcelo Mindlin, activan la alarma. Si fueran procesados y escalara la búsqueda de responsables, el escalón siguiente serían las empresas del Grupo Macri, el papá del presidente, don Franco… el propio Mauricio. Habrá que ver cómo evoluciona el expediente que hasta ahora delimitó claramente los campos encarcelando y cercando a ex funcionarios kirchneristas y a empresarios “sospechosos de ser K”. La criminalización del kirchnerismo es uno de los hallazgos de la era sin precedentes desde 1983.

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La sequía económica: El cese de la emisión monetaria agrava la recesión, que es el instrumento predilecto del gobierno para combatir la inflación. El éxito es intermitente: la “contracción del PBI” se ahonda, los precios no paran de subir.

Sandleris intenta secar la plaza con unos bonos llamados Leliq. Paradojas o delicias de la neoparla macrista. 

La inflación de septiembre puede llegar a ser record. En octubre la fogonearán los aumentos de tarifas y de combustibles.

El Gobierno va de fracaso en fracaso. El desplante de Caputo armoniza con el clima interno del oficialismo. Disputas, bravatas, pérdida de mística.

La imagen taciturna del presidente explica más que mil palabras. Envejecido, furioso o abatido, más propenso a emitir buenas ondas en Nueva York que de local.

Macri está haciendo todo lo posible para perder las elecciones, empobreciendo y desamparando a la mayoría de los argentinos. La apuesta a la reelección se confina crecientemente en la división del peronismo, en la denostación y persecución judicial contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. A eso apuesta sus últimas fichas. El modelo neocon está desnudo: el crecimiento y el desarrollo, la pobreza cero, los empleos de calidad… te los debo.

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