Tras los dos terremotos y el tsunami que azotaron el viernes la isla Indonesia de Célebes, el número de víctimas ascendió este domingo a 832 personas. Desde ayer los rescatistas están trabajando en la ciudad devastada de Palu, donde se encontraron nuevas víctimas entre los escombros. El número puede incrementarse porque todavía hay zonas afectadas a las que no se puede acceder por los destrozos y hay una gran cantidad de personas desaparecidas. 

"Al mediodía de hoy hay 832 muertos", anunció el portavoz de la agencia de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho, quien advirtió que "el número de fallecidos seguirá aumentando" a medida que avancen las tareas de rescate. Al listado oficial hay que sumarle 540 personas hospitalizadas y 16.732 evacuados.

A pesar de que todavía no se puede determinar con exactitud la magnitud de la catástrofe desatada por los dos sismos, el primero de magnitud 5,9 y el segundo de 7,4, Nugroho anunció que hoy comenzarán los "entierros masivos de las víctimas, para evitar que se propaguen enfermedades". 

La mayoría de las víctimas se registraron en Palu, una ciudad de 350.000 habitantes en la costa occidental de la isla de Célebes. Pero pero las autoridades y las ongs se preocupan también por la situación en la región de Donggala, más al norte. 

El director del programa de Save The Children, Tom Howells, señaló que la cuestión del acceso a las zonas afectadas es un "gran problema" que dificulta los rescates. "Las organizaciones de ayuda y las autoridades locales se esfuerzan por alcanzar varias comunidades alrededor de Donggala, donde se prevé que habrá grandes daños materiales y posibles pérdidas de vidas humanas a gran escala", explicó Howells.

El presidente indonesio, Joko Widodo, llegó el domingo por la mañana a Palu. "Les pido que se preparen para trabajar día y noche y proceder a la evacuación", dijo ante las tropas desplegadas en la zona para ayudar en la búsqueda de supervivientes. 

Los socorristas buscaban sobrevivientes entre los escombros de un hotel, que podía albergar a un máximo de 150 personas, y un centro comercial que se derrumbó con el sismo.  "Hemos logrado sacar a una mujer viva del hotel Roa-Roa la noche pasada", indicó Syaugi, el jefe de los servicios de emergencia.