“Las voces de lxs que ya no están” es el nombre de una nueva organización contra el gatillo fácil que reúne a familiares y víctimas de violencia institucional. Se trata de un espacio de encuentro que formaron los deudos y destinatarios de aquellos casos que suelen disfrazarse de enfrentamiento, y que muchas veces no llegan a la Justicia si no es por el reclamo permanente de cada familia. Los de María de los Angeles Paris, David Campos y Emanuel Medina, Gerardo Escobar, Franco Casco, Michel Campero, Sergio Giglio, Jonathan Ojeda, entre otros, son algunos de los rostros que se plasman en las banderas que piden justicia. La lucha consiste también en acompañarse en cada instancia judicial. Las fuerzas de la flamante agrupación están puestas, por estos días, en el juicio por el crimen de Brandon Cardozo, asesinado por un policía en una fiesta de Año Nuevo, que comienza la semana que viene. Recuerdos, anécdotas y estrategias, son los motivos de cada encuentro.
Germán Campos y Luciana Escobar (hermanos de David Campos y Pichón Escobar) se conocieron en la lucha: en las marchas, en las visitas a los Tribunales. “En el último tiempo empezamos a notar que los familiares nos estábamos separando, más allá de participar de otros espacios, y decidimos armar este lugar para reunirnos y apoyarnos entre nosotros, porque en definitiva las causas por las que luchamos son nuestras causas. La idea empezó con el armado de una página en Facebook donde otras familias puedan encontrarnos y saber que existe este grupo”, dijo Germán.
Marisabel Bauer, madre de Michel Campero, cuenta que pasó por otros espacios y que advirtió que otras familias podían sentirse solas, en la búsqueda de Justicia, por lo que considera que hacerse conocidos como organización de familiares puede ayudar a otros padres, madres, hermanos y hermanas que estén pasando por lo mismo. “Todos los casos de gatillo fácil tienen que hacerse conocidos”, dijo. En ese sentido, lamentó que las respuestas estatales “nunca son favorables” para los familiares.
Para Germán, la situación a nivel nacional es grave. “La cosa está brava y estos casos suceden de la noche a la mañana: nosotros nos amanecimos con el caso de David y Emanuel –fueron baleados por personal policial tras una persecución policial que no tuvo explicación clara por parte de los agentes– y hoy entendemos que lo que nos pasó a nosotros le puede pasar a cualquiera. Por eso decidimos armar este espacio desde el cual poder acompañar y apoyar a cada familia que pase por algo similar. La idea es que no se sientan solos transitando los pasillos de Tribunales, que es muy difícil en los primeros pasos que hay que dar. Queremos unir fuerzas y abrazarnos”, aseguró.
Los familiares consideraron que el espacio “hacía falta en Rosario” y que la conformación del grupo es “un gran paso”. Desde allí, proponen “articular” con otras organizaciones existentes, en la lucha por la misma problemáticas. “La idea es lograr que las causas avancen en la Fiscalía y que haya sentencias firmes de los jueces, contra los agentes involucrados”, dijeron.
Brandon. Entre las luchas más inmediatas, por estos días las fuerzas están puestas en el juicio que comienza el próximo lunes (8 de octubre), donde será juzgado el policía Emiliano Gómez, un efectivo de la Brigada Motorizada de la Unidad Regional II, acusado por el crimen de Brandon Cardozo, perpetrado el 1° de enero de 2016. “Hasta ahora, la causa avanzó en un 50 por ciento; la otra mitad será el momento del juicio”, dijo Laura Avalos, madre de Brandon. “Vamos con confianza, a pesar de que nos cambiaron varias veces la fecha de juicio”.
Si bien en la causa siempre hubo dos acusaciones –Fiscalía apuntó a la figura de homicidio calificado por el uso de arma de fuego, pero descartó el agravante por el rol policial del agente, ya que estaba vestido de civil, cuando ocurrió el hecho–; meses atrás, el juez Luis María Caterina aceptó la calificación propuesta por la querella de la familia de Brandon, con el pedido de prisión perpetua. “No entiendo a la fiscal (Marisol Fabbro, que pide 24 años de prisión), porque él no habrá tenido puesto su uniforme, pero tenía el arma reglamentaria en la cintura”, dijo la mujer.
La víctima tenía 16 años y festejaba el Año Nuevo con sus amigos y primos, en una fiesta callejera en la intersección de las calles Centenario y Entre Ríos, en barrio Tiro Suizo, cuando en medio de algunos incidentes, hubo disparos. Un tiro le dio a Brandon en el mentón y terminó con su vida. Horas después, un empleado policial fue a declarar a Fiscalía. Dijo haber visto que un colega suyo sacó el arma y disparó varias veces. Gómez, de 26 años, fue detenido y puesto en prisión preventiva hasta el juicio.