El nuevo acuerdo con el FMI marca un momento distinto en este período de “tormentas” que vive nuestro país. La etapa superior del ajuste y el saqueo de Argentina. Para analizarlo vamos a enfocarnos en tres puntos centrales: la ampliación del monto del préstamo y el adelanto de desembolsos, la intervención directa del FMI en el Banco Central a partir de la salida de Caputo y la llegada de Sandleris y el presupuesto 2019 con su famoso “déficit 0”.
En primer lugar la ampliación de 7 mil millones de dólares del crédito del fondo es resultado de un manejo desastroso de los primeros 14.956 millones de dólares que vinieron del FMI. Toda este monto se fue de las reservas en los 3 meses de gestión de Caputo en el BCRA, en su gran mayoría a través de la fuga de capitales. El adelantamiento de desembolsos es un oxígeno para el Gobierno trate ahuyentar el fantasma del default y llegar así a las elecciones de 2019. Pero esta situación deja un escenario más que preocupante para el próximo gobierno, una verdadera pesada herencia en términos de deuda externa.
En segundo término, con la renuncia de Caputo y la designación de Sandleris se terminó el tan mentado discurso de la “autonomía del BCRA”. Pusieron directamente a un asesor del fondo a dirigir el Central. Los lineamientos del nuevo presidente son la imposibilidad de emitir pesos hasta junio de 2019 y un esquema de flotación del dólar entre bandas de $34 y $44, límites que van aumentando 3% por mes hasta fin de año. A esto se suma una restricción para la utilización de reservas para bajar el dólar muy importante que nos deja un panorama donde el techo la banda cambiaria parece sacado de una película de ciencia ficción.
Por último, el presupuesto 2019 prevé una reasignación de gastos en favor de los intereses de la deuda en detrimento del resto de las partidas: menos gasto para salud, educación, obra pública, subsidios de tarifas y prestaciones sociales y más gasto para pagar intereses de la deuda. El monto que se pagará en concepto de intereses de deuda (sin contar los pagos intra-estado nacional) en 2019 es superior al total del gasto de Educación, Ciencia y Técnica, Salud, Asignación Universal por Hijo y Economía Popular en conjunto. Además, el presupuesto prevé un dolar promedio de $40,10 para el año 2019, lo que resulta contradictorio con el anunciado sendero ascendente del tipo de cambio sin intervención del BCRA en el mercado. Esta contradicción es muy importante, porque si el tipo de cambio sigue subiendo, será imposible limitar la escalada de precios, por lo que el 35% de inflación presupuestado se vuelve una meta imposible de cumplir.
El nuevo acuerdo con el FMI, no es una salida a una situación crítica ni una garantía de una mayor estabilidad. Es una señal de que lo peor está por venir.
* Economista, director del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp) y dirigente de Patria Grande.