Con un panel sobre la “Invisibilidad de las mujeres rurales y su rol en el desarrollo”, que no incluye a ninguna mujer campesina como expositora y sí a una ejecutiva de Coca-Cola, abrirá hoy sus sesiones al público en el CCK la Cumbre de Mujeres 20 o W20, como se llama oficialmente por su sigla en inglés. La ausencia de mujeres que trabajan la tierra en un panel que habla sobre ellas es apenas una muestra de la agenda de este foro, que preside la empresaria bodeguera Susana Balbo, ex diputada de Cambiemos, y que tiene como objetivo emitir un breve comunicado con recomendaciones a los líderes del G20, que se reunirán en Buenos Aires en dos meses, en relación a una supuesta agenda de género sobre cuatro ejes: “la inclusión financiera, digital, laboral y el desarrollo rural como un vehículo hacia el empoderamiento económico”. El 55 por ciento sus panelistas pertenecen a trasnacionales, corporaciones empresarias o fundaciones relacionadas al mundo de los negocios. Para denunciar “la farsa” del W20, ayer comenzó un foro feminista en paralelo, bajo la consigna #NoEnNuestroNombre, y que abrió con una intervención artística con ollas vacías, frente al Congreso, para simbolizar que no hay inclusión posible de mujeres, lesbianas, bisexuales, no binarias, travestis y trans, en el marco de la desregulación y la liberalización que plantean el G20 y el FMI.
El W20 es uno de los foros de afinidad del G20. Lo debería presidir una referente independiente, del ámbito empresario o de las ONG pero no vinculada al Gobierno. Sin embargo, cuando Balbo fue designada por el presidente Mauricio Macri, era diputada nacional por el oficialismo; después renunció. Hay distintos grupos temáticos de afinidad al G20, sobre el mundo de los negocios, la sociedad civil, la juventud, la ciencia, entre otros ejes.
“Decimos que es una farsa porque la agenda del G20 nos precariza y nos endeuda. El W20 no nos representa”, señaló a PáginaI12 Flora Partenio, coordinadora de Relaciones del Trabajo de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) e integrante de la red de feministas DAWN. Durante la jornada de hoy, el Foro Feminista desarrollará tres conversatorios para proponer respuestas y alternativas a los programas del G20. Ayer, la locutora y periodista feminista Liliana Daunes leyó una manifiesta con el posicionamiento de este espacio internacional, abierto y horizontal, conformado por diversas organizaciones sociales y colectivos feministas. “Nos conjuramos contra el neoliberalismo de las empresarias del W20. Desafiamos la meritocracia y la idea de desarrollo del G20. Repudiamos su idea de inclusión a un mercado laboral a merced de las empresas transnacionales, la acumulación del capital y el poder financiero”, leyó Daunes.
También se escucharon las voces de mujeres de la Patagonia, que están enfrentando los desplazamientos de sus territorios, de trabajadoras de la salud, que dieron cuenta del ajuste que está afectando al área, y empleadas estatales de los distintos ministerios degradados a secretarías, que están padeciendo despidos y reducción de presupuesto. En la intervención artística con las ollas, se repartieron platos de plástico con consignas como “La farsa del W20. Feminismo no es capitalismo”, “Tu mujer emprendedora es una ajustadora” y “Las ollas se volvieron peligrosas. Ollas sí, ajuste no”. De fondo, una bandera enorme roja con letras blancas, decía: “Demasiado”.
Mientras tanto, en el CCK tenía lugar el primer día del W20, en cuya apertura estuvo la primera dama Juliana Awada. En las mesas ratonas de los salones, se ofrecían como lectura ejemplares de la revista Vogue. “El objetivo principal de W20 es supuestamente lograr el pleno desarrollo económico de las mujeres, todos enunciados que se concretizan en cuatro ejes básicos que son la inclusión laboral, la inclusión financiera, la inclusión digital y las mujeres rurales. Se han apropiado de un discurso feminista y progresista. Pero en el fondo sus propuestas son muy pobres y muy poco creíbles”, apuntó a este diario Norma Sanchís, de la Red de Género y Comercio, e integrante del Foro Feminista. “Están planteando como gran objetivo lograr que más mujeres participen en el mercado de trabajo, y para eso la receta es el emprendedurismo, como una salida individual, meritocrática, cuando en realidad, sabemos que la gran mayoría de los emprendimientos productivos van al fracaso. Se está planteando crear más empleo asalariado, pero es un empleo de muy baja calidad, en los márgenes del sistema, el empleo de plataformas digitales, tipo Glovo, tipo delivery hogareño o de alimentos”, agregó Sanchís.
La primera jornada del W20 fue cerrada: 65 delegadas de distintos países negociaron el texto del comunicado con las recomendaciones, que se entregará al presidente Macri mañana, al cierre de la cumbre. Las delegadas son elegidas por invitación, entre mujeres de negocios y referentes de la sociedad civil. De Argentina son 9, entre ellas, la empresaria Andrea Grobocopatel, Silvia Torre Carbonell, directora ejecutiva del Centro de Entrepeneurship, de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral (del Opus Dei), y Graciela Adam, directora de la Fundación Global, pero además, hay tres feministas, la directora ejecutiva de Amnistía Internacional-Argentina, Mariela Belsky, la abogada Natalia Gherardi del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género y la radical y titular de FEIM, Mabel Bianco. Belsky, Gherardi y Bianco intentaban ayer incidir en el comunicado final para incorporar una perspectiva de derechos humanos, una agenda integral de políticas de cuidados, el compromiso de que se avalen las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo para erradicar la violencia machista en el ámbito laboral, que se nombre a la disidencia sexual y se incorporen los derechos sexuales y reproductivos, entre ellos la interrupción legal de embarazo, como compromisos del G20. Tarea difícil, en un contexto de discusión bastante alejado de las demandas del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans de la Argentina. “Acepté ser delegada porque me parecía que valía la pena trabajar para incidir desde adentro, que el comunicado incluyera la voz de las mujeres del sur global. Visibilizar la informalidad laboral, la violencia en el empleo y la necesidad de incluir una agenda de cuidados universal como requisitos indispensables”, explicó Gherardi a PáginaI12.
El W20 se conformó en 2015, durante la presidencia turca del G20. A lo largo del día de hoy, están previstos distintos paneles en el CCK. Además del que invisibiliza a las mujeres campesinas, en otro, es un varón, Sebastián Cabello, director Regional de la GSMA para América Latina, una organización de operadores móviles y compañías relacionadas que promueve el uso de celulares (obvio), el encargado de explicarle a las mujeres sobre la importancia de la inclusión digital femenina. Y mañana, también otro varón, el sociólogo francés Ivan Jablonka, autor del libro “Laetitia o el fin de los hombres”, les hablará de la violencia machista y los femicidios. “Mansplaining”, en su mejor expresión. Se espera también una intervención de la reina Máxima, de Holanda, vía teleconferencia. El glamour de la realeza no podía estar ausente.