La suba de precios de septiembre alcanzó el 6,7 por ciento, según la medición del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), que refleja el incremento de precios y el impacto específico en los trabajadores registrados. Las proyecciones del IET indican que la inflación de 2018 -por encima del 45 por ciento- será la más alta desde 1991, cuando el país salía de un proceso de hiperinflación. En 2002, en plena crisis económica, la inflación fue del 41 por ciento.
El IET, con apoyo logístico de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y respaldo de 45 gremios de la CGT y la CTA, indicó que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios es del 14,7 por ciento desde noviembre de 2015, la caída más profunda desde 2002.
"La inflación anual fue del 43,8 por ciento para los asalariados con menores ingresos y del 38,1 por ciento para los que registran mejores salarios. Esto demuestra que la crisis de precios sigue apoyada sobre quienes destinan un porcentaje mayor de sus ingresos de los mismos a servicios públicos y alimentos, es decir, los más humildes", dice el estudio.
Desde noviembre de 2015 cuando el IET empezó a realizar este informe, la inflación acumulada del decil uno (los que tienen menores ingresos) fue 33 puntos más alta que la del decil 10. Los alimentos subieron 7,5 por ciento en septiembre, con subas mayores al 10 por ciento en aceites y cereales. Y sólo con la excepción de "vivienda", todos los capítulos del IPC subieron por encima del 3 por ciento en septiembre.
Nicolás Trotta, rector de la UMET, afirmó que estos números no son opiniones críticas a un Gobierno sino resultados claros de una política económica que está direccionada en un sentido por una decisión política. "Aquí mostramos estudios académicos, estadísticas con una metodología clara, transparente y certera, que indica que los resultados macro y microeconómicos son desastrosos y deben ser tenidos en cuenta por el Gobierno para modificar el rumbo", expresó Trotta.
Según el rector de la UMET, "el país se dirige a la destrucción del mercado interno por la vía de la licuación salarial. Y sin mercado interno quebrarán cientos de miles de pymes que hoy generan más del 70 por ciento del empleo. Es una rueda viciosa en la que se ha ingresado y si no se sale a tiempo, la crisis económica y social será brutal".