El Banco Central convalidó ayer una tasa de interés del 73 por ciento. La entidad a cargo de Guido Sandleris aseguró que no le iba a temblar el pulso para subir la tasa todo lo que sea necesario para retirar pesos del mercado cambiario. Por ahora viene cumpliendo. En la última semana el retorno de las Leliq (letras de corto plazo para que inviertan los bancos) se incrementó en 13 puntos porcentuales. Esta estrategia empezó a moderar las presiones sobre el tipo de cambio. El dólar cerró ayer en 38,98 pesos, con un retroceso de 1,80 pesos. La cotización de la divisa pudo sostenerse por el momento en la zona de no intervención. El problema es que el nuevo esquema monetario empieza a generar burbujas financieras para los próximos meses.
La tasa de interés del 60 por ciento que hasta finales de septiembre parecía desproporcionada ahora resulta baja contra el 73 de las Leliq. El Central pretende retirar pesos de circulación para llegar a mediados del año sin aumento de la base monetaria. En la licitación de letras de ayer se absorbieron 52.815 millones de pesos. Los bancos le prestaron a la autoridad monetaria estos fondos a muy corto plazo y obtuvieron, a cambio, una ganancia extraordinaria. Las cuentas son sencillas. Con un dólar en torno a los 40 pesos, el Central le está garantizando a las entidades financieras intereses del 14 por ciento por mes en moneda dura. Se trata de un esquema insostenible en el mediano plazo.
La preocupación de la city es por el crecimiento exponencial de la deuda en Leliq en las últimas semanas. El stock de estas letras se ubicó en el 27 de septiembre (último dato disponible) en 425.879 millones de pesos, cuando la cifra era de 331.976 millones de pesos a finales de agosto. Esto implica que el Central incrementó el monto de sus pasivos en un 30 por ciento en un mes. En lo que va de octubre, si bien no se publicaron todavía los resultados, la deuda siguió acelerándose. El stock de Lebac (340.581 millones de pesos) ya es menor respecto al de Leliq.
Los intereses que desembolsa la autoridad monetaria por las letras de corto plazo con los bancos empiezan a ser exorbitantes. El Central, con las tasas del 73 por ciento, está abonando cerca de 2000 millones de pesos por día en Leliq. Este pago de intereses para la banca asciende a 60.000 millones de pesos cuando se calcula la cifra acumulada en un mes. Con un tipo de cambio cercano a los 40 pesos, el monto equivale a pagar 1500 millones de dólares mensuales, lo cual implica abonar un punto del PBI cada tres meses. Las Lebac son el antecedente más claro que antes o después esta clase de deudas potencian el desequilibrio.
El regreso de la bicicleta financiera es una de las posibilidades para los próximos meses. Las altas tasas de interés, con un esquema de fuerte absorción monetaria, son un combo tentador para inversores del exterior. Esto puede generar cierta moderación de los cambiarios pero no elimina las tensiones estructurales. El dólar mayorista cerró ayer en 38,10 pesos, al disminuir 1,50 pesos. Entre los operadores cambiarios aseguraron que hubo inversores que desarmaron posiciones dolarizadas para empezar a apostar por las tasas de interés. Se mencionó además que hubo entrada de divisas del exterior. El Central finalizó la jornada con 48.909 millones de dólares, con un alza de 55 millones. El cambio de humor de los inversores se observó también en las acciones argentinas en Nueva York, con bancos que ganaron hasta 8 por ciento.
El volumen operado en el mercado de cambios ascendió a 483 millones de dólares, en tanto que en el mercado de futuros se negociaron contratos por el equivalente a 677 millones de dólares. El 65 por ciento de las operaciones a futuro se pactaron a octubre con un precio de 39,80 pesos. Los contratos pactados para noviembre se hicieron con una cotización de 41,45 por ciento. En el mercado creen por ahora que el tipo de cambio se mantendrá en los próximos meses en la banda de no intervención. La economía, no obstante, ofrece muchas sorpresas y muestra fuerte volatilidad. La política cambiaria y monetaria este año ya se modificó tres veces en cinco meses.