“Escuchamos un sonido, pensamos que eran fuegos artificiales en el club, luego nos dimos cuenta de que alguien había entrado por la puerta de salida y había empezado a disparar”, dijo Rashed Qassem, un libanés de 36 años residente en Estados Unidos, que estaba con sus amigos en la discoteca Blue Parrot. La disco está situada en la Quinta Avenida, esquina con la calle 12, de Playa del Carmen, a pocos metros del mar y cerca de los hoteles y restaurantes, y al momento del ataque se desarrollaba una fiesta electrónica en el lugar. El ataque, que rápidamente el gobierno de México desvinculó de un atentado terrorista, dejó un saldo de cinco personas muertas y al menos 15 heridos. El atacante disparó una decena de veces y luego escapó.

“Vi a un hombre desplomarse al piso tras ser baleado en la cabeza. Inmediatamente después, mi amigo que estaba sentado cerca mío recibió un tiro por la espalda –dijo Qassem–. Nos arrojamos al piso mientras el atacante seguía disparando. Mató a un guardia en la entrada.”

De las cinco personas muertas, cuatro eran hombres y una mujer; tres eran guardias de seguridad del local.

Eric Alvarez, un DJ mexicano de 40 años, dijo que tuvo que “volar por la protección de metal, porque estaban disparando. Fue horrible porque estábamos super asustados”, y explicó que en la huida perdió sus prótesis dentales, su celular y su cartera.

“Al principio, los guardias no pensaron que eran disparos y decían que se trataba de fuegos artificiales. Pero la gente seguía corriendo y gritaban que habían visto una pistola”, aseguró Valerie Lee, editora de una revista digital estadounidense. Tras refugiarse bajo una mesa de metal, la mujer dijo haber visto “cuerpos en el piso. No parece que los atacantes intentaron entrar a la fiesta”, sostuvo Lee, y aseguró que la policía tardó más de 10 minutos en llegar.

Los lesionados, la mayoría con heridas por los golpes durante la estampida de gente al iniciar los tiros, fueron trasladados al hospital Costamed y otros al Playamed, en el popular destino de playa bañado por las aguas del Caribe. Entre los heridos habría al menos dos graves, uno por una herida en el abdomen y otro en la cabeza. El resto tendría lesiones que no pondrían en peligro su vida, según el reporte periodístico.

La alcaldesa Cristina Torres, del municipio de Quintana Roo, al que pertenece Playa del Carmen, reportó a la prensa la masacre ocurrida en el festival BPM.

El ataque fue cerca de las cuatro de la madrugada, justo en la jornada de clausura del festival después de 10 días de conciertos.

Miguel Angel Pech Cen, fiscal general del estado de Quintana Roo, del que es capital Cancún y donde está Playa del Carmen, informó además que hay “tres personas detenidas cerca del lugar de los hechos”, pero no pudo ofrecer más detalles. “No sabemos de quién se trata en específico, ignoramos el número de armas, si son nacionales o extranjeros”, indicó a una emisora de radio local, aunque no descartó que el incidente tenga alguna relación con la lucha por “el control de la plaza” entre bandas del narcotráfico.

Según versiones extraoficiales, una de las personas fallecidas es el organizador del evento y los heridos se registraron al parecer producto de la estampida provocada por los disparos, realizados por un presunto sicario acompañado de otras dos personas.

“No es un ataque terrorista”, aseguró Pech Cen, quien detalló que de los cinco fallecidos, cuatro formaban parte del equipo de seguridad del BPM Festival. Dos canadienses –uno de ellos supervisor de seguridad–, un italiano y un colombiano murieron al repeler el ataque, en tanto que una mujer habría fallecido por “caída o estampida” durante el desalojo del local.

De los 15 heridos, 8 fueron dados ya de alta del hospital, en tanto que los otros siete continúan siendo atendidos por médicos. Todavía se desconoce el móvil del crimen, aunque medios locales aseguran que podría tratarse de una disputa entre grupos del crimen organizado por la venta de droga en las discotecas y bares de Playa del Carmen.

Tres personas fueron detenidas cerca de lugar de los hechos poco después del suceso, sin que de momento se haya podido esclarecer su posible participación en los hechos.

La discoteca Blue Parrot, sitio tradicional para las fiestas electrónicas en el Caribe.