En los últimos treinta años la sociedad ha sido testigo de importantes avances en términos de la participación de las mujeres en el mercado laboral. De hecho, en América latina y el Caribe, esa tasa es del 51,1 por ciento –por encima de la mundial, que es de 48,5–. Esta tendencia también se observa en los niveles de formación regional y nacional. En Argentina, las estadísticas oficiales evidencian tasas superiores de graduación de la educación secundaria y, además, las mujeres constituyen el 60 por ciento de los graduados universitarios. 

No obstante, existe una creciente preocupación debido a que el mejor rendimiento académico femenino no se ve reflejado en una participación siquiera equivalente en el mercado laboral. Tampoco se refleja en los cargos ejecutivos de nivel superior ni en la integración de las juntas directivas.

El estudio realizado por McKinsey Global & Company en 345 empresas de seis países de América Latina demostró que las compañías con mayor presencia de mujeres en sus juntas superaban a aquellas con exclusiva participación de hombres. Más específicamente, la rentabilidad del capital era un 44 por ciento más alta y el margen de ganancias, un 47 por ciento más elevado.

Además, los países también se benefician. Si las mujeres tuvieran la misma participación que los hombres en la economía, el impulso potencial para la economía mundial podría ser de USD 28 trillones. Es decir, un 26 por ciento del PBI mundial anual. En América latina, el impulso potencial para el PBI podría ser de USD 2,6 trillones o un aumento del 34 por ciento del PBI regional anual. Y en Argentina, podría ser del 12 por ciento.

Individual y colectivamente, las mujeres están más que preparadas no sólo para insertarse sino también para desarrollarse profesionalmente. Sin embargo, siguen encontrándose con dificultades para acceder al mercado de trabajo y para alcanzar puestos de liderazgo. ¿Cómo superarlo? Un camino es comprender que la igualdad de género es un buen negocio. 

Con este desafío, ONU Mujeres junto a la Organización Internacional del Trabajo y la Unión Europea implementan el Programa Ganar-Ganar “La igualdad de género es un buen negocio”. Se trata de una iniciativa en marcha en seis países de Latinoamérica y el Caribe, entre ellos Argentina.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en 2019 cumplirá cien años de intensa actividad, el empoderamiento económico de las mujeres y la igualdad de género reflejan la sinergia y el compromiso de gobiernos, sindicatos y empleadores para diseñar y aplicar políticas que aseguren el trabajo decente y la justicia social para toda la sociedad.

María Victoria Giulietti: Coordinadora Regional de la OIT del Programa Ganar-Ganar.