El temporal de lluvia del fin de semana complicó seriamente la situación de varias provincias. En el noroeste bonaerense la caída de agua dejó inundaciones en vastas zonas y más de 500 evacuados en Pergamino y San Nicolás, además de varias poblaciones en alerta. La zona fue visitada por el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, a cargo de la gobernación, ya que la jefa del Ejecutivo bonaerense, María Eugenia Vidal, se encuentra de vacaciones en Playa del Carmen, el Caribe mexicano. En Santa Fe, hubo rutas cortadas en la zona sur por desbordes de ríos y cientos de evacuados que, sumado a las tres semanas de lluvia que vienen azotando a la provincia, dejó un saldo de setenta localidades afectadas y a la jurisdicción en estado crítico. También tuvieron dificultades, aunque menores, Córdoba, Chaco, Tucumán y Jujuy (ver aparte).
Las ciudades bonaerenses de Pergamino y San Nicolás fueron las más afectadas por las torrenciales lluvias que dejaron campos y áreas urbanas totalmente anegadas.
En Pergamino, que aún no se recupera de la inundación producida hace menos de veinte días, cayeron 134 milímetros de agua, y el arroyo homónimo que normalmente tiene unos 20 centímetros de profundidad llegó a los 4.5 metros, sin llegar a desbordar.
“En las últimas tres horas de la mañana el nivel del Arroyo Pergamino que divide al partido en dos, permanece estable, eso dentro de todo es una buena noticia ya que si seguía subiendo el agua llegaría a muchas más zonas”, explicó Roberto Bari, responsable de Defensa Civil de Pergamino.
Aunque el domingo por la noche el Municipio recomendó a la población “tomar las precauciones del caso” ante la tormenta y se entregaron bolsas de arena en las zonas de mayor afectación, al menos 170 personas debieron ser evacuadas, tras quedar sus viviendas bajo el agua, y contenidos en dos centros comunitarios.
Si bien ayer por la tarde algunas personas habían retornado a sus casas, Bari aseguró que “seguimos en alerta amarilla, que significa precaución, debido a que en las zonas bajas está subiendo el agua que viene del campo”.
En este sentido, el Municipio emitió un comunicado para recordar a la población que “en caso de alerta por desborde, sonarán las sirenas de los Bomberos y de la Municipalidad durante un minuto y medio con suficiente antelación”.
Veinte días atrás, en la peor inundación desde 1995, Pergamino había sufrido la caída de 250 milímetros de agua que causaron el desborde del río, anegamientos y 300 evacuados, tras lo cual, los vecinos de los barrios más perjudicados por el temporal cortaron la ruta 8 en reclamo de asistencia médica, baños químicos y agua potable. La respuesta que obtuvieron fue otra lluvia, pero de balas de goma por parte de la Policía y la Gendarmería.
En San Nicolás, que al igual que Pergamino sufrió el embate de las precipitaciones a fines de diciembre, recibió alrededor de 300 milímetros de agua, y, si bien, dejó unas 200 personas evacuadas en un primer momento, las autoridades esperaban que el número se acrecentara por la llegada del agua de los campos.
María Rosa Méndez, directora de Acción Social de San Nicolás, señaló que
desde el domingo a la tarde no deja de llover y que la situación es “mucho peor” que el temporal de principio de año, ya que están interrumpidas también la autopista y la ruta 9.
El corte de la autopista Buenos Aires-Rosario, a la altura del kilómetro 331, provocó que muchos turistas, en ruta a Córdoba, quedaran varados en San Nicolás. Con los hoteles saturados, muchos debieron pasar la noche refugiados en su vehículo.
En tanto, los evacuados fueron trasladados a casas familiares, otros a escuelas o a salones comunitarios, aunque muchos decidieron permanecer en sus propiedades por temor a saqueos.
“Vamos abriendo distintos centros de evacuados de acuerdo a la emergencia, pero tememos que la situación se agrave porque esta vez no están afectadas solo las zonas rurales sino también muchas zonas del microcentro de la ciudad”, advirtió Méndez.
También en el noroeste bonaerense, el partido de General Villegas, tuvo lluvias intensas. Los entre 50 y 60 milímetros de agua, que cayeron el fin de semana, complicaron el ya de por sí dificultoso panorama de la localidad que en lo que va del año recibió más de 300 milímetros de agua, y aún estaba afectado por el escurrimiento de los campos y el agua de las napas.
Pablo del Vecchio, coordinador de Defensa Civil de Villegas, explicó que “estamos recibiendo agua de lluvia, más el agua de las napas, y ahora el agua del desborde del río V, todo está más complicado de lo que ya estaba”, y agregó que “el agua brota del asfalto y eso es desesperante”.
El desborde del río dejó localidades como Piedritas y Santa Regina aisladas por anegamientos, y la ruta 33 cubierta de agua.
En este marco, el vicegobernador Salvador, visitó junto con los ministros provinciales de Agroindustria, Leonardo Sarquís y de Desarrollo Social, Santiago López Medrano, las zonas afectadas y se reunió con autoridades comunales para evaluar la situación.
Como parte del operativo de asistencia, el vicegobernador bonaerense, envió a la zona dos camiones con 600 colchones, 600 almohadas, 600 frazadas, 6.000 kilogramos de alimentos y 6.048 litros de agua embotellada.
En Santa Fe, el gobernador, Miguel Lifschitz, aseguró que había “entre 500 y 600” evacuados en la provincia y 70 localidades afectadas por los más de 300 milímetros de lluvia que anegaron el distrito. “La situación es muy complicada, llevamos tres semanas de lluvias”, recordó el mandatario.
La ruta nacional N° 9, que une las ciudades de Buenos Aires y Rosario, fue habilitada ayer al mediodía, tras permanecer totalmente cortada por los desbordes de ríos y la lluvia torrencial a la altura de Arroyo Seco, una de las localidades santafesinas más afectadas. Allí, unas 235 personas fueron evacuadas y asistidas en el club Tiburones, utilizado como centro de evacuación, otras 30 ubicadas en una iglesia evangélica. Además, los bomberos lograron rescatar a los pasajeros y choferes de dos micros de larga distancia y un camión que fueron arrastrados por la correntada cuando intentaban cruzar el arroyo Pavón.
Personal de la Secretaría de Protección Civil provincial rescató a varias personas del paraje Ombú de esa localidad, que no habían podido llegar durante la madrugada por la fuerza del agua que arrastraba el arroyo Seco.
Otras localidades afectadas en la provincia fueron: Villa Gobernador Gálvez, Pueblo Esther, Chabás, Firmat, Chovet, Villa Constitución, Murphy, Elortondo, Wheelwright, Labordeboy y Miguel Torres.
En Villa Gobernador Gálvez, vecinos del lugar derribaron a mazazos un paredón del frigorífico Paladini que impedía el escurrimiento del agua hacia el río Paraná.
Ante el complicado panorama, el Ministerio de Desarrollo Social santafesino, coordinaba ayer diversos operativos para entregar ayuda a los damnificados, principalmente colchones, elementos de limpieza, agua y víveres. En tanto, el ministro de la Producción de Santa Fe, Luis Contigiani evaluó que “Santa Fe ha sufrido un golpe en su aparato productivo extraordinario”.
Por último, sufrieron el embate de las tormentas la localidad cordobesa de Atahona en el departamento de Río Primero; en Tucumán 60 familias fueron socorridas en la localidad de Monteagudo, pero no precisaron ser evacuadas; y en Chaco, por lluvias y fuertes vientos, más de 6000 personas fueron asistidas en las localidades de Villa Berthet, Samuhú, Villa Ángela, Enrique Urién, Coronel Du Graty, Santa Sylvina, San Bernardo y Hermoso Campo, aunque no debieron ser evacuadas.
Por su parte, el ministro Sergio Bergman, titular del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, aseguró que “a veces con la naturaleza uno no puede manejarse como quisiera. Hay que actuar con prudencia y responsabilidad, sabiendo que no todo se puede atender y revertir”. Esta vez no convocó a los rezos.