Artes Gráficas Rioplatense, empresa del Grupo Clarín, cerró su planta de Pompeya y despidió a sus 380 trabajadores. Los gráficos venían denunciando una serie de maniobras de vaciamiento, como el traslado de las bobinas de papel a otros depósitos; ayer los notificaron de la decisión del cierre con un cartel en la puerta, que les anunció que tenían a su disposición el pago de las indemnizaciones. A la vez empezaron a llegar los primeros telegramas de despido.
La empresa justificó el cierre en la necesidad de “preservar la salud financiera y la fuente laboral del resto del complejo industrial de AGR”. Sostuvo que debe adoptar nuevas tecnologías de impresión y hasta responsabilizó a la comisión interna de trabajadores por haber agravado la supuesta inviabilidad de la planta. Contra estos argumentos, los delegados señalaron que en el taller estaban “tapados de trabajo”.
Allí se imprimen las revistas Viva, Rumbos, Genios, Jardín, Cablevisión, además de manuales escolares y otras publicaciones. “No hay una situación de quiebra, sino una especulación de la empresa para lograr que esta planta deje de funcionar con trabajadores bajo convenio colectivo y precarizar el empleo”, aseguró Pablo Viñas, titular de la comisión interna.
“Echaron a trabajadores que tienen, en promedio, 20 años de antigüedad”, dijo a PáginaI12 Juan Litwiller, de la Federación Gráfica Bonaerense. El dirigente añadió que el de Pompeya “es un taller grande, que ha logrado un nivel salarial importante y mejores condiciones de trabajo. La empresa venía intentando flexibilizarlas; venía planteando modificar las vacaciones e implementar la multifunción. Había intentado un achique de 56 compañeros. Insistía en dejar de lado el convenio para implementar ‘reglas propias’”. Para el gremio, el objetivo del cierre es reemplazar a trabajadores bajo convenio y con antigüedad por otros nuevos, fuera de convenio y flexibilizados.
Los trabajadores mantenían una vigilia en el lugar desde antes de los despidos. Tras su confirmación, ayer por la mañana, algunos lograron ingresar al taller, donde permanecen, y otros quedaron del lado de afuera. Efectivos de la Policía Federal y la Gendarmería desplegaron un fuerte operativo alrededor del taller. También el edificio donde funciona la redacción de Clarín fue rodeado con patrulleros y camiones de Infantería. “Lo sucedido en el taller de Pompeya nos ha obligado a tomar algunas prevenciones que quizás les han causado alguna incomodidad”, señaló la gerencia de personal en una comunicación enviada a los trabajadores, que en una asamblea dieron su respaldo a los despedidos, para los que organizaron una colecta de alimentos.
A la planta de Pompeya ayer se acercaron delegaciones gremiales, legisladores y dirigentes políticos. Este mediodía habrá una audiencia de conciliación en el Ministerio de Trabajo. La Federación Gráfica hará un plenario de delegados y debatirá un paro por 24 horas en los talleres gráficos porteños y bonaerenses para el jueves.