Pasaron los nervios, la presión y alguna que otra noche de insomnio. Con el 2-0 conseguido en la ida, Boca pudo sellar el pase a las semifinales de la Copa Libertadores tras igualar 1-1 con Cruzeiro en el Mineirao en el partido de vuelta por cuartos de final. En el complemento, Sassá anotó para el local y Cristian Pavón lo empató en tiempo adicional. Así, el equipo de Barros Schelotto se enfrentará en semifinales con Palmeiras, un viejo conocido, que el miércoles sacó del certamen a Colo Colo (ver aparte).
El duelo prometía por la añeja historia entre los clubes –que disputaron una final continental en 1977, ganada por el equipo dirigido entonces por el Toto Lorenzo– y por el hambre de revancha de los brasileños que, dos veces campeones en el torneo, estaban ausentes desde la edición de 2015.
Alentado por su gente, el local salió decidido a buscar la ventaja. De hecho tuvo la primera llegada a los 13 segundos con una peligrosa media vuelta del uruguayo De Arrascaeta, que no disputó el juego de ida por una lesión en el muslo izquierdo, bien resuelta por Rossi. Boca dejaba salir a su rival y comenzaba a presionar a partir de mitad de cancha con Barrios y Nández, y con Pablo Pérez algo impreciso en los pases, pero que exigió a Fábio con un derechazo, en la primera aproximación xeneize.
Pero Buffarini era superado por su franja y así Thiago Neves tuvo su chance, que envió muy arriba. Enseguida escapó Villa y cuando ingresaba al área fue atorado por Egídio, en una jugada en la que todo Boca pidió penal, pero sólo logró que su capitán Pérez fuese amonestado por protestar.
Sobre la media hora, un tiro libre de Zárate volvió a probar al arquero brasileño. Boca superaba el acoso al que Cruzeiro lo sometió en el primer cuarto de hora y no pasaba grandes sobresaltos, hasta que Rossi respondió de manera fenomenal ante un fortísimo remate de Lucas Silva. Al final, el árbitro anuló un tanto de Barcos por una jugada peligrosa previa de Dedé.
Al inicio del complemento, Boca le cedió el protagonismo al anfitrión, que protestó por un penal no concedido por offside previo, pero de inmediato tuvo la ventaja tras un corner con el gol del ingresado Sassá en la primera pelota que tocó. El equipo argentino acusó el golpe, Cruzeiro se le venía encima con ganas de más y el Mellizo mandó a Gago a la cancha para tener un poco más la pelota. Hasta que Dedé –expulsado en La Bombonera y habilitado para jugar ayer por la Conmebol– vio la roja otra vez por falta a Pavón. Boca obtenía un poco de aire y minutos después, pese a las dudas de Rossi, el ansiado pase a semis con el empate de Pavón. Los xeneizes, con seis títulos de Libertadores, ahora se proponen dar un paso más ante el duro Palmeiras de Felipao, con la meta de llegar a la final e intentar alcanzar a Independiente, máximo ganador del torneo continental con siete trofeos, que fuera eliminado el martes pasado por River, que disputará la otra semifinal con Gremio, el campeón vigente.