Ante la falta de respuesta de las autoridades del Colegio Nacional de Buenos Aires a las denuncias contra el profesor Jorge Blumenfarb, un grupo de alumnos afectados por sus comportamientos machistas y sexistas, decidieron escarmentarlo, con la publicación de un aviso en el rubro 59 con sus datos. Fue en diciembre de 1992, al término del año lectivo. El hecho tuvo repercusiones durante el verano porque se inició una investigación para identificar a los responsables. La velocidad de respuesta no fue la misma que frente a las denuncias de los y las estudiantes. Entre febrero y marzo de 1993, padres y madres de alumnos de la división involucrada tuvieron reuniones con el rector Horacio Sanguinetti, según consta en la documentación que guardó el ex alumno Gabriel Delisio, quien actualmente es docente de la Facultad de Arquitectura, consejero directivo y secretario adjunto del sindicato docente AGD de la UBA. En esos encuentros le entregaron una carta, firmada por 17 de ellos, donde se detallaban las conductas del profesor denunciado –que durante 1992 habían comentado con un regente y el vicerrector– y le piden que sean investigadas y que se ponga al tanto al “Tribunal de Etica del Colegio”. Algunas de las situaciones descriptas son las siguientes:
“Una mañana el profesor entró en el aula y al ver su escritorio sucio comento “Qué pasó acá! Se echaron un polvo?’”.
“Una vez una alumna estaba resolviendo un ejercicio en el pizarrón ante la atenta mirada de sus compañeros. Ante esta situación el profesor dijo: “Tené cuidado que estos te van a manchar toda”.
“Un compañero estaba conversando con una chica (a la cual el profesor conocía) en un pasillo. El profesor se acercó y le dijo al chico: “Demasiado hueso para tan poco perro!”. Este hecho se repitió reiteradas ocasiones y en distintos ámbitos del colegio con el mismo chico”.
“A este mismo compañero lo bautizó con el desagradable apodo de ‘primer nieto’ porque según el profesor, ‘vivía alzado’. Este comentario fue realizado durante una hora de clase, frente a todo el curso, y en otras ocasiones, como frente al curso de 4° 1ª”.
“Por otra parte se refería despectivamente acerca del tamaño del pene de este mismo chico alegando ‘te están creciendo pelos en la palma de la mano’ o ‘estás desarrollando músculos en el brazo derecho!’”.
“A una chica de 2° año el profesor le dijo ´Si querés que te apruebe, tenés que transar con (fulanito). Vos elegís´. (En este caso fulanito es el nombre de otro compañero que a su vez era preceptor de otra división de 2° año)”.
“Muchas veces, cuando hacía pasar a sus alumnas al pizarrón, corría el escritorio para mostrar a la clase las colas de las chicas”.
“Otras tantas, hacía entrar al aula chicas de otras divisiones para saludarlas y no las dejaba salir sin antes ‘pagarle el peaje’ que consistía en darle un beso el alumno del primer banco (el cual es muy feo y no tiene mucha suerte con la chicas)”.
“El profesor también ponía en duda la masculinidad de sus alumnos varones. A uno de nuestros compañeros le recomendó que fuera a Bunker”, una conocida discoteca con público mayoritario de personas homosexuales.