El Banco Mundial habla de “cisnes negros” al analizar la coyuntura global, un término que se popularizó cuando se gestaba el derrumbe del sistema financiero hace una década. Hace seis meses, el organismo con sede en Washington esperaba que América latina acelerara el crecimiento este año. Ahora lo dejó en 0,6 por ciento, medio punto más bajo que en 2017 y lejos del 1,7 por ciento que proyectó en junio. Además, advirtió de los riesgos por el costo de la deuda y la reversión en los flujos de capitales.