El tema de Fausto y sus diferentes versiones a lo largo de la literatura universal pareciera seguir motivando a los creadores, en épocas donde cobran vigencia los pactos más oscuros.
El actor, director y dramaturgo Gustavo Guirado de extensa trayectoria no sólo en esta ciudad sino a lo largo de los circuitos internacionales donde se pudieron apreciar recordadas propuestas, se lanzó a recrear su propia versión. Fausto o la pasión según Margarita es el nombre de esta propuesta en la que actúan Edgardo Molinelli, Paula García Jurado y Anahí González Gras que podrá verse los sábados de octubre y noviembre a las 21 en el Teatro El Rayo Misterioso (Salta 2991).
El grupo comenzó a ensayar a comienzos del año pasado partiendo de la leyenda alemana anónima del siglo XVI donde se formula la historia del Doctor Fausto y de sus tratos con el diablo.
“Nos dimos al trabajo de indagar los saberes populares sobre este relato, que no sólo pertenece al centro de Europa sino que aparece en diferentes regiones del mundo con otros nombres y desarrollos, también en Argentina, todas las culturas han aludido al deseo humano de pactar poderes y beneficios con un ser superior a cambio de la entrega del alma”, comentó Guirado.
El grupo se dio a la tarea de leer los clásicos de la literatura que abordaron este tema, desde Goethe, pasando por Marlowe, Pessoa y hasta la misma versión criolla de Estanislao del Campo, incursionando también en las diferentes adaptaciones cinematográficas que registraron esta temática.
-- ¿Cómo procesaron este material desde el punto de vista dramático? –preguntó Rosario/12.
-- Nos entregamos a la tarea de improvisación actoral, derivando en una narración que se aparta del cuento conocido; en esta versión Fausto no firma el contrato mefistofélico, la joven y bella Margarita no es sólo una presencia para seducirlo sino que tomará las riendas del relato.
En esta versión, el rol de la mujer le dará una vuelta de tuerca al tema central de este clásico, lo que parece constituir ya un gesto de época donde muchas de las últimas obras estrenadas conectan con el rol que potencia lo femenino en el espacio de la cultura internacional.
“No puedo contar qué sucede al final -dice Guirado- porque sería develar una de las resultantes más atractivas que hemos encontrado en estos meses de trabajo, pero puedo adelantar que en este montaje la fuerza femenina tiene algo para proponer”.
El director se refirió a algo ineludible en el devenir de la obra que da un giro completo al relato que comienza con una formulación sustancialmente masculina: un hombre poderoso en decadencia y el diablo a su disposición: “Nuestro Mefisto, por momentos es macho y en otros es una hembra”.
Un Fausto viejo y enfermo se enfrenta a Dios, que lo ha olvidado: lo que natura no da, Salamanca sí que provee; el diablo le restituye la juventud perdida y le brinda una mujer bella y joven –Margarita-, pero al momento de acordar la entrega del alma, Fausto no firma el contrato.
“La conexión con lo actual aparece con el engaño, la estafa, la mentira, atributos de gran virtuosismo que el demonio ha desplegado a lo largo de los siglos. Según los habituales relatos cristianos, aquí proponemos revisar estos conceptos a partir de que este personaje no ha hecho otra cosa que mostrarnos lo que queremos ver o creer”, analiza el director. Recupera expresiones tristemente actuales como "mentime que me gusta" ó la muy antigua y nada novedosa "post-verdad", para aggiornar el clásico.
-- ¿Cuál es el rol que juega Margarita en esta reversión?
-- En nuestra versión, Margarita habla y pone en perspectiva la idea de la "felicidad que el mérito personal provee". Margarita –dice el dramaturgo- quiere creer lo que con toda claridad es una mentira, las apariencias del engaño le hacen bien, el diablo está ahí para conceder: lo que natura no da, Salamanca sí que provee.
Fausto o la pasión según Margarita contó en los aspectos técnicos con los aportes de Mauro Guzmán en la dirección de arte, Ramiro Sorrequieta en vestuario, Angie Cámpora en entrenamiento vocal, Corcho Corts en los sonidos grabados y Yanina Mennelli en la producción ejecutiva.
“Este trabajo, como todos los que hago, está basado en las actuaciones. Dos actrices y un actor entre los mejores de nuestra región; la puesta en escena es para mí la dirección de actores, todo el paisaje escénico deviene de los meses de estudio e investigación con ellos. Como resultado hemos encontrado una partitura sonora compleja con las voces y algunos instrumentos, una musicalidad que pretende ser un relato en sí mismo”, apreció el director.
“Tomamos algunas improntas pictóricas que remiten a Caravaggio, Boticcelli y Goya; si bien los vestuarios de Fausto y Margarita aluden a una época de finales del siglo XIX, Mefisto viste ropas ochentosas y el habla se define en torno a la época actual; esta tensión en los elementos visuales por el espectador hacen también a un relato en simultáneo al de las palabras”.