La policía de Turquía estima que el periodista Jamal Khashoggi, desaparecido hace cinco días en el Consulado de Arabia Saudita, en Estambul, fue asesinado en el interior de ese edificio. “Creemos que el asesinato fue premeditado y que, posteriormente, trasladaron el cuerpo fuera del Consulado”, declaró un funcionario turco que, sin embargo, no agregó más especificaciones sobre el crimen. En contrapartida, el cónsul general de Arabia Saudita insistió que su país ayuda a buscar a Khashoggi y ha descartado que se trate de un secuestro. Personas cercanas a la investigación afirmaron al diario The Washington Post, donde publicaba el periodista desaparecido, que habría sido asesinado por un equipo saudí “enviado específicamente para el homicidio”. Los investigadores turcos, que permanecen bajo anonimato, afirmaron que se trata de un crimen premeditado.
El periodista Khashoggi tiene una columna en The Washington Post y colabora con la sección de opiniones globales del mismo diario. El periodista reconocido por sus críticas al Arabia Saudita desapareció el pasado martes al entrar al Consulado de Estambul para conseguir documentación que habilite el casamiento con su esposa, según afirmó ella luego de no tener noticias. Por ser crítico con algunas de las políticas del príncipe heredero Mohamed bin Salman, Khasoggi, vivía en Estados Unidos en una suerte de auto exilio para resguardar su seguridad.
Su desaparición mantiene en vilo a sus familiares y compañeros de trabajo que este jueves publicaron una página en blanco, en lugar de su última columna. El título fue “A missing voice” (Una voz faltante) y el comité editorial lanzó un llamado al príncipe Salman para que asegurase que el periodista sea liberado y puesto en condiciones de continuar con su trabajo.
El mismo martes, la Fiscalía de Estambul abrió una investigación sin embargo hasta el momento no hay información oficial. sin embargo, una agencia de noticias europea afirmó que el mismo martes 15 saudíes aterrizaron en el consulado y a las pocas horas se largaron en dos aviones. Por su parte bin Salman, en una entrevista a Bloomberg esta semana, aseguró que el columnista había abandonado el consulado poco después de entrar. “Según tengo entendido Khashoggi entró y salió después de unos minutos o una hora. No estoy seguro”, explicó el príncipe heredero y agregó que estaba muy preocupado por saber lo que le había ocurrido al periodista. El cónsul general de Arabia Saudita en Estambul permitió a los periodistas de una agencia de noticias visitar el consulado el viernes, para demostrar que Khashoggi no estaba dentro. “Me gustaría confirmar eso. . . Jamal no está en el consulado ni en el Reino de Arabia Saudita, y el consulado y la embajada están trabajando para buscarlo “, dijo el cónsul general, Mohammed al-Otaibi. Hasta el momento, la embajada de Arabia Saudita en Washington, no respondió a las solicitudes de información. Por su parte, el ministerio turco de Relaciones Exteriores convocó al embajador saudita en Ankara por este motivo.
Ni bien se hizo pública la desaparición del escritor, las organizaciones de defensa de derechos humanos, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, advirtieron al gobierno saudí que la eventual detención del periodista sería un caso de desaparición forzada. Arabia Saudita figura en el puesto 169 de 180 en la clasificación mundial de la libertad de prensa establecida por Reporteros Sin Fronteras. Desde 2017, años en que el príncipe fue designado heredero al trono, Riad promueve una campaña de modernización. La represión contra los disidentes, con detenciones de religiosos, de personalidades liberales y de activistas feministas, se ha acentuado desde entonces.